Análisis

Desigualdad agrava hambre y desnutrición en América Latina y el Caribe

Cada año se suman 3.6 millones de personas obesas a la región y el hambre aumentó en tres países desde 2014, según un nuevo informe de FAO, OPS, UNICEF y PMA

El hambre, la desnutrición, la carencia de micronutrientes, el sobrepeso y la obesidad afectan más a las personas de menores ingresos, a las mujeres, a los indígenas, a los afrodescendientes y a las familias rurales de América Latina y el Caribe, según un nuevo informe de Naciones Unidas.

El Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2018 se centra en el estrecho vínculo entre la desigualdad económica y social y los mayores niveles de hambre, obesidad y malnutrición de las poblaciones más vulnerables.

Según el informe, en América Latina el 8.4 por ciento de las mujeres viven en inseguridad alimentaria severa, en comparación con el 6.9 por ciento de los hombres, mientras que las poblaciones indígenas sufren por lo general mayor inseguridad alimentaria que las no indígenas. En diez países, el 20 por ciento de los niños y niñas más pobres sufren tres veces más la desnutrición crónica que el 20 por ciento más rico.

El Panorama indica que una de las principales causas del alza de la malnutrición en los grupos de población especialmente vulnerables son los cambios que han sufrido los sistemas alimentarios —el ciclo de los alimentos desde su producción hasta su consumo— de la región.

Estos cambios han afectado a toda la población, pero sus efectos más adversos los sufren los sectores más excluidos de la sociedad, los cuales, si bien han aumentado su consumo de alimentos saludables como leche y carne, muchas veces deben optar por productos con alto contenido en grasa, azúcar y sal, ya que tienen menor costo.

Por ello, la Organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), llaman a los países a aplicar políticas públicas que combatan la desigualdad y promuevan sistemas alimentarios saludables y sostenibles.

La obesidad se ha convertido en la mayor amenaza nutricional de América Latina y el Caribe. Casi uno de cada cuatro adultos es obeso. El sobrepeso afecta al 7.3 por ciento (3.9 millones) de los niños y niñas menores de cinco años, una cifra que supera el promedio mundial de 5.6 por ciento, indica el informe.

Según el Panorama, el hambre afecta a 39.3 millones de personas, el 6.1 por ciento de la población regional. Entre 2015 y 2016, el número de personas subalimentadas creció en 200 mil personas. Entre 2016 y 2017, el incremento fue de 400 mil; esto muestra que la velocidad del deterioro está aumentando.

Desde 2014, Argentina, Bolivia y Venezuela vieron incrementos en su número de personas subalimentadas. El mayor aumento ocurrió en Venezuela: 600 mil personas más solo entre 2014-2016 y 2015-2017.

Venezuela es hoy uno de los países con mayor número de personas subalimentadas en la región (3.7 millones, el 11.7 por ciento de su población), junto con Haití (cinco millones, el 45.7 por ciento de su población) y México (4.8 millones, 3.8 por ciento de su población). Cabe destacar que en Haití y México el hambre se redujo en los últimos tres años, así como en Colombia y República Dominicana. Son los únicos cuatro países que han logrado esta reducción desde 2014.

Once países mantienen sin cambios su cantidad de personas subalimentadas: Chile, Costa Rica, El Salvador, Ecuador, Guatemala, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Perú. Por su lado, Brasil, Cuba y Uruguay son los tres países de la región con porcentajes de hambre inferiores al 2.5 por ciento de su población.

La desigualdad económica y social está asociada a la desnutrición crónica infantil

Según el Panorama, las desigualdades sociales y económicas se ven también en la nutrición infantil: en Honduras, la desnutrición crónica afecta al 42 por ciento de los niños y niñas en familias de menores ingresos y solo al 8 por ciento de los que viven en contextos de mayores ingresos. En Guatemala la diferencia es mayor: afecta al 66 por ciento más pobre y solo al 17 por ciento de los niños de familias de mayores ingresos.

La desnutrición crónica infantil también es mayor en la población indígena. En Ecuador, el 42 por ciento de los niños y niñas indígenas vivía con desnutrición crónica comparado con el 25 por ciento del promedio nacional (2012). En Guatemala, la desnutrición crónica afectaba en 2014-2015 al 61 por ciento de los niños y niñas indígenas y solo al 34 por ciento de los no indígenas.

Los niños de las zonas rurales también tienen peores indicadores que los que viven en las zonas urbanas. En Belice, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú y Surinam las tasas de desnutrición crónica infantil en las zonas rurales superan en más de 50 por ciento las tasas observadas en las áreas urbanas.

El Panorama indica que 19 millones de mujeres sufren inseguridad alimentaria severa, en comparación con 15 millones de los hombres. En todos los países de la región, la tasa de obesidad de las mujeres adultas es mayor a la de los hombres; en 19 de ellos, la tasa de obesidad femenina es al menos 10 puntos porcentuales superior a la de los hombres.

Pero la desigualdad que afecta a las mujeres no solo se ve en términos de género: la anemia en mujeres en edad fértil, por ejemplo, afecta en mayor medida a las mujeres de menos recursos.

Información e imágenes

Comentarios

comentarios

Siguenos!

Países que nos están viendo


Suscribete al Boletin