Biotecnología

Redes de bioseguridad previenen enfermedades en sector avícola

La avicultura presenta avances excepcionales en áreas como la genética, nutrición, manejo y cuidado de los animales, ello ha permitido a las empresas de este sector obtener parámetros productivos muy elevados.

En cuanto a la atención y cría de los animales, las enfermedades más frecuentes siguen siendo las respiratorias y la mejor manera de combatirlas es por medio de la prevención, es decir, controlarlas con la aplicación oportuna de vacunas.

Si una granja agrícola quiere calificarse como moderna, debe tener casetas techadas que den sombra, contar con bebedores y comedores apropiados, instalar criadores de gas y mantener una temperatura que permita a los animales crecer de manera confortable.

Según Carlos Sánchez Widmann, gerente general de la Unión Nacional de Avicultores (UNA), cuando una granja avícola cuenta con todo lo anterior se puede decir que está creando lo que se conoce como una adecuada red de bioseguridad.

Este concepto –explicó– se refiere a la preocupación por proporcionarle a los animales el mejor ambiente, ya que solamente así se puede evitar que sufran de estrés, el cual es la principal causa de la baja inmunidad de muchas crías.

La temperatura es fundamental y aunque varía un poco (dependiendo de la zona donde se ubique una granja avícola), ésta debe mantenerse en un promedio de 24 a 26 grados centígrados y más que nada evitar los excesos, ya que tanto el calor extremoso como el frío provocan tensión en los pollitos y por lo mismo mayores probabilidades de contraer enfermedades.

Sánchez Widmann asegura que quedaron atrás los tiempos en que muchas de las explotaciones convencionales mantenían temperaturas promedio de 20 grados, lo cual era un fácil y gratuito motivo de estrés. Ahora, con estrictos ambientes controlados, las granjas no pueden variar en más de un grado sus temperaturas extremas.

Mientras que las enfermedades más comunes de las crías siguen siendo de dos tipos: virales y bacterianas, la conformación de este sector productivo ha presentado transformaciones radicales.

Tanto la globalización como la crisis económica, han modificado el hecho de que hace 20 años había en México cerca de seis mil agricultores y actualmente éstos no suman ni 500 productores avícolas. Sin duda alguna, se trata de una concentración en pocas manos, pero también del surgimiento de grupos económicamente fuertes y, por lo tanto, con la capacidad de operar enormes granjas que requieren de técnicas complicadas, en donde se involucra el uso de alimentos de excelente calidad y una supervisión de primer nivel.

La aplicación oportuna de medicamentes o vacunas es fundamental para combatir enfermedades virales como la influenza aviar de baja patogenesidad, el newcastle, la bronquitis infecciosa o el neumovirus. También se combaten oportunamente enfermedades bacterianas como Esqueritecali bacterela u Hornitobacterium, así como enfermedades parasitarias, entre otras.

Esta excelencia es ya una constante en las industrias del sector, lo cual les permite ocupar los primeros lugares en volúmenes de operación y en eficiencia productiva.

El directivo de la UNA señala asimismo que los laboratorios productores de medicamentos, tanto nacionales como extranjeros, también han sido afectados por la globalización. Fusiones y compras de compañías pequeñas por parte de grandes firmas son una constante en el sector y esto ha permitido que operen con costos de producción más bajos, abatiendo a su vez los precios de los medicamentos, pero sin ir en detrimento de la calidad y efectividad de sus propios productos.

Los productores mexicanos –afirma– conocen y confían plenamente en la calidad de los medicamentos elaborados por empresas como Bayer de México, Merial, Schering Plough, Intervet y Avimex. Precisamente el uso de medicamentos adecuados ha permitido que las pérdidas más significativas sólo lleguen a representar entre 4 y 8 por ciento.

En México, la distribución de las principales marcas de productos veterinarios está prácticamente garantizada, gracias a que la mayoría de las empresas atienden y envían pedidos a toda la República, cuentan con departamentos técnicos propios para resolver problemas específicos y se surte todo tipo de medicamentos, implementos e instrumental quirúrgico.

La calidad del alimento destinado al sector avícola también es una prioridad para tener animales sanos y en este ramo se han logrado avances significativos. Por ejemplo, en el cuidado y cría de gallina de postura, 95 por ciento de las empresas elaboran su propio alimento, mientras que en la producción de pollo, entre 80 y 85 por ciento de las firmas han logrado crear alimentos propios de buena calidad. Aún hay que mejorar en la elaboración de alimento para pollos de engorda.

Por lo pronto, la mayor parte de las investigaciones y los avances tecnológicos provienen del exterior y los involucrados en esta actividad tienen necesariamente que documentarse mediante revistas especializadas o en seminarios y conferencias.

Sin embargo, el dirigente avícola advirtió que no todo lo que viene del exterior siempre resulta bueno para nuestro país y en este sentido, mencionó el caso de la aplicación inadecuada que se hizo en una ocasión en la Comarca Lagunera y que provocó pérdidas por arriba de los 850 millones de pesos.

Sánchez aseguró que en materia de sistemas preventivos hace falta tecnificar aún más a las granjas, y esto se logra sólo mediante inversiones millonarias en –por ejemplo– la creación de casetas de ambiente controlado. No obstante, reconoció que esta tecnología que se aplica en países europeos o en Estados Unidos, aumenta entre cuatro y cinco veces el costo de inversión de una granja convencional.

Por fortuna, algunas granjas en el norte del país, otras en la zona del Pacífico, incluso varias en el sureste y en el Centro de la República, ya aplican este tipo de tecnología. Por lo tanto, la prevención y control de las enfermedades en el sector avícola es una batalla prácticamente ganada, aunque nunca hay que bajar la guardia, advirtió Sánchez.

En relación con la UNA, Carlos Sánchez anota que entre sus responsabilidades está vigilar que se ofrezca un estricto control de sanidad. Además funciona como un enlace con organismos gubernamentales para resolver problemáticas comerciales, hacendarias y de movilización, entre otras.

Hoy en día, el organismo está integrado por asociaciones avícolas y se atienden cuatro secciones principales que son: producción de pollitas, pollo de engorda, progenitores y sección nacional de aves de combate.

El dirigente avícola destacó que la UNA no está exenta o inmune a las transformaciones que se presentan en el mundo, debido fundamentalmente a la globalización, por ello no descartó la posibilidad de que en un futuro la afiliación a la institución se haga de manera directa, tanto el ingreso voluntario de agricultores individuales como de empresas particulares.

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