Biotecnología

Sin mutualismo no habría plantas ni cultivos

Sin la interacción benéfica entre dos especies no habría frutos, granos, plantas cultivadas o leguminosas, ya que éstos dependen de la reciprocidad con las bacterias o la polinización de las flores

Redacción 2000 Agro

México.─ Sin la interacción benéfica entre dos especies, conocida como mutualismo, no habría frutos, granos, plantas cultivadas o leguminosas, como chícharo, alfalfa o frijol, ya que éstos dependen de la interacción con las bacterias o la polinización de las flores, que a su vez requieren de la cooperación de las abejas, revela un estudio del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Irapuato.

En dicho estudio, el científico del Laboratorio de Ecología de Plantas del Cinvestav Martín Heil analizó este fenómeno —común entre los ecosistemas— en la acacia, arbusto nativo del sur de México habitado por colonias enteras de hormigas, las cuales protegen a la planta contra plagas y enfermedades.

De acuerdo con el Cinvestav, en colaboración con el Instituto Max Planck para la Ecología Química en Alemania, el investigador buscó determinar qué interés pueden tener las hormigas en arriesgar su vida defendiendo la planta. Para ello, él y sus colegas realizaron un estudio en el estado de Oaxaca con 12 diferentes tipos de hormigas, de las cuales cinco crearon una “adicción” a su planta hospedera.

Los investigadores descubrieron que las plantas agregan un compuesto a la comida que producen para sus defensoras, lo que desactiva una enzima digestiva y, en consecuencia, las hormigas ya sólo pueden alimentarse de lo que les proporciona la planta hospedera, que consiste en un néctar predigestivo y libre del azúcar. Entonces, las hormigas se encuentran obligadas a invertir en la defensa de la planta, simplemente para asegurar su única fuente de alimentación.

“De ahí la importancia de estudiar los gránulos nutritivos que las acacias producen como única fuente de alimentación de las hormigas que la habitan para descubrir que están llenos de azúcares, almidón, ácidos grasos y proteínas específicas que resultan indigeribles para los insectos.

Casi 20 por ciento de esas proteínas son inhibidores de proteasas, defensa común en plantas sobre todo leguminosas como frijol, chícharo y alfalfa que inhiben la digestión de proteínas en el insecto provocando que muera de hambre. Las hormigas son las únicas que cuentan con enzimas resistentes a este tipo de protección logrando así, un mutualismo estable”, explica el investigador.

Sin embargo, precisa que esta adaptación es más “una manipulación” hacia su defensora, ya que la hormiga sin el néctar de la planta podría sobrevivir dos semanas, mientras que la planta sin las hormigas después de dos meses ya no tendría follaje y sería más susceptible al ataque de plagas.

Aunque la cooperación es común en la naturaleza, los investigadores aún no descubren cómo es que estos mutualismos se mantienen estables, pues existen abejas y avispas que roban néctar de las flores sin polinizar.

“Todos los mutualismos están en peligro de desestablecerse por estos explotadores o ‘parásitos’ y eso es algo a nivel de la ecología que aún no se entiende. Aquel mutualista que se comporta como tal tiene que invertir tiempo u otros recursos, en este caso, la hormiga además de proteger a la planta podría hacer algo que le sirve directamente a ella”, apunta el investigador.

El estudio del especialista del Cinvestav está disponible en la versión electrónica del mes de noviembre de la revista científica Ecology Letters.

2000 Agro

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