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29 de septiembre, día de reflexión sobre el desperdicio de alimentos

Hoy se conmemora el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos

Ciudad de México, 29 de septiembre de 2020.— Este año celebramos por primera ocasión el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. También se produce durante la pandemia mundial de covid-19, que ha provocado un despertar mundial sobre la necesidad de transformar y reequilibrar la forma en que se producen y consumen nuestros alimentos.

Reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos es esencial en un mundo donde el número de personas afectadas por el hambre ha aumentado lentamente desde 2014, y cada día se pierden o desperdician toneladas y toneladas de alimentos. La pérdida y el desperdicio de alimentos también ejercen una presión innecesaria sobre la base de recursos naturales y el medio ambiente, agotando la base de recursos naturales y generando gases de efecto invernadero.

En el ámbito mundial, alrededor del 14 por ciento de los alimentos producidos se pierde entre la cosecha y la venta al por menor. También se desperdician cantidades significativas en la venta al por menor y en cuanto a consumo.

Cuando los alimentos se pierden o se desperdician, todos los recursos que se utilizaron para producirlos, incluidos el agua, la tierra, la energía, la mano de obra y el capital, se desperdician. Además, la eliminación de la pérdida y el desperdicio de alimentos en vertederos generan emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye al cambio climático.

Se requieren acciones en los ámbitos mundial y local para maximizar el uso de los alimentos que producimos. La introducción de tecnologías, soluciones innovadoras (incluidas plataformas de comercio electrónico para marketing, sistemas móviles de procesamiento de alimentos retráctiles), nuevas formas de trabajo y buenas prácticas para gestionar la calidad de los alimentos y reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos son clave para implementar este cambio transformador.

Reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos requiere la atención y las acciones de todos, desde los productores de alimentos hasta las partes interesadas de la cadena de suministro de alimentos, las industrias alimentarias, los minoristas y los consumidores.

Mensajes clave

¡No hay lugar para la pérdida y el desperdicio de alimentos en estos tiempos de crisis! ¡La pandemia de covid-19 es una llamada de atención para repensar la forma en que producimos, manipulamos y desperdiciamos nuestros alimentos!

Reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos proporciona un medio poderoso para fortalecer nuestros sistemas alimentarios.

La innovación, las tecnologías y la infraestructura son fundamentales para aumentar la eficiencia de los sistemas alimentarios y reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos.

Las intervenciones públicas deben buscar facilitar las inversiones en la reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos por parte de actores privados, especialmente en este momento crítico.

Es necesario dar forma a modelos comerciales innovadores, con la participación del sector privado, y se necesitan nuevos enfoques para financiarlos, para detener la pérdida y el desperdicio de alimentos.

Todos deberíamos ser ahorradores de alimentos: ¡para las personas, para el planeta!

¿Sabías?

Para monitorear la Meta 12.3 de los ODS, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) ha creado el Índice de Pérdida de Alimentos (FLI). El enfoque del indicador está en los porcentajes de alimentos eliminados de la cadena de suministro. El FLI monitorea los cambios en estos porcentajes a lo largo del tiempo, en relación con un periodo base actualmente establecido en 2015, con el fin de rastrear el progreso con respecto a la Meta 12.3 de los ODS.

El trabajo actual de la FAO sobre medición es fundamental para seguir el progreso en la reducción de las pérdidas de alimentos en comparación con el indicador mundial de pérdidas de alimentos, del 14 por ciento.

Cuando las reducciones en la pérdida de alimentos ocurren cerca de la granja, son más efectivas para abordar la inseguridad alimentaria y aliviar el estrés en la tierra y el agua.

Cuando las reducciones en el desperdicio de alimentos ocurren aguas abajo en la cadena de suministro y en el consumidor, son clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Es probable que las mayores mejoras en la seguridad alimentaria se produzcan reduciendo las pérdidas de alimentos en las primeras etapas de la cadena de suministro, especialmente en las explotaciones agrícolas y durante la cosecha en países con altos niveles de inseguridad alimentaria.

La pérdida de nutrientes debida a la pérdida y el desperdicio cuantitativos y cualitativos de alimentos puede representar una oportunidad perdida para reducir la desnutrición y las deficiencias de micronutrientes.

Este año, aunque celebramos el IDAFLW 2020 en circunstancias sin precedentes, aún puede aprovechar esta importante oportunidad para llamar a la acción. Adopte un nuevo enfoque al considerar diferentes actividades o nuevos formatos para eventos, ya sea digitalizándose o respetando cualquier medida de distanciamiento físico.

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