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El turismo sostenible y la conservación de cuatro zonas agrícolas

El turismo sostenible puede ayudar a reconstruir y redefinir el turismo de una forma más sostenible

Ciudad de México, 29 de septiembre de 2020.— La pandemia de la enfermedad por coronavirus (covid-19) ha afectado gravemente al sector del turismo y en particular los viajes internacionales han sufrido un golpe que ha tenido consecuencias especialmente para las personas del medio rural, cuyos medios de vida pueden depender de los visitantes extranjeros. Pero cada desafío entraña una oportunidad y en este caso consiste en reconstruir el turismo mejor que antes: más sostenible, más justo, que promueva destinos rurales no tradicionales y que cree medios de vida más resilientes para las comunidades rurales.

Una forma de lograrlo es por medio del “agroturismo”. Recientemente ha cobrado popularidad entre los viajeros, que pueden experimentar la cultura y gastronomía locales y tradicionales. El agroturismo también beneficia a los agricultores y las comunidades rurales, pues les brinda la oportunidad de diversificar sus actividades económicas y crear una nueva demanda para sus productos agrícolas.

No obstante, como ocurre con todo tipo de turismo, este debe gestionarse con cuidado a fin de evitar posibles repercusiones negativas en el medio ambiente, los recursos agrícolas, la biodiversidad y las vidas y culturas de las personas que residen en estas zonas. La sostenibilidad es fundamental.

Teniendo esto presente, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial del Turismo (OMT) de las Naciones Unidas colaborarán con miras a promover un turismo agrícola sostenible como vía prometedora para impulsar el desarrollo rural.

La asociación entre la FAO y la OMT empezará promoviendo el agroturismo en los sitios de Sistemas importantes del patrimonio agrícola mundial (SIPAM), los cuales representan no solo paisajes naturales impresionantes sino también prácticas agrícolas que crean medios de vida en zonas rurales al tiempo que combinan la tradición y la innovación de una manera única.

A continuación se presentan tan solo cuatro ejemplos de sitios SIPAM en los que el turismo sostenible puede fomentar el desarrollo, combatir la pobreza y ofrecer a los jóvenes nuevas oportunidades de trabajo.

Viñedos del valle de Soave (Italia). Suaves colinas, antiguas granjas y viñedos hasta donde alcanza la vista. Un paisaje icónico de Italia. Soave, una pequeña región situada entre Verona y Venecia, es famosa por su vino; de hecho, los viñedos tradicionales de la variedad local de uva, la garganega, han proporcionado ingresos a más de tres mil familias durante 200 años.

Los agricultores de la región siguen utilizando métodos tradicionales de “entrenar” las vides, un método de gestión de los viñedos que establece un equilibrio entre el crecimiento de la vid y la calidad del fruto para producir los resultados óptimos. ¿Cuál es el resultado final? Uno de los vinos más famosos de Italia, el vino Soave. A pesar de que sus fincas suelen ser pequeñas o muy pequeñas, esta zona ha logrado garantizar una fuente de ingresos sostenible para los cultivadores de uva, los productores de vino y los embotelladores, incluso durante los periodos más difíciles, gracias a la cooperación y la innovación. Por ejemplo, a fin de aumentar el valor neto del vino y mantener su precio, en 1968 la zona obtuvo la denominación de origen protegida europea, que reconoce el producto por sus cualidades únicas en todo el mundo. Además, los agricultores han creado bodegas cooperativas, así como un sistema complejo de compensaciones que garantiza a sus miembros unos ingresos justos cada año, a pesar de las fluctuaciones de los precios de mercado.

Actualmente, la región continúa innovando mediante la promoción de un turismo local que emplea a un número de trabajadores en hoteles, restaurantes y bodegas, lo que genera buenos ingresos para la región.

Satoyama y satoumi (Japón). La península de Noto es un microcosmos del Japón rural tradicional, en el que las montañas, los bosques y las zonas costeras están interrelacionados en un sistema agrícola increíble. El terreno montañoso se intercala con amplios valles y campos, todo ello rodeado por una línea costera de roca ígnea. La península se caracteriza por un mosaico de satoyama (ecosistemas terrestres y acuáticos) y satoumi (ecosistemas marinos y costeros).

Los métodos tradicionales agrícolas y forestales únicos de la península de Noto, como el secado del arroz, la producción de carbón vegetal y sal, la pesca tradicional y la gestión de los recursos hídricos, se han practicado en esta zona durante siglos. Las comunidades de Noto están colaborando para conservar los paisajes satoyama y satoumi y las tradiciones que han mantenido a generaciones durante siglos. El gobierno ha designado la región como zona especial para el turismo ecológico y se están realizando esfuerzos por dar a conocer el lugar y promover el turismo procedente de zonas urbanas.

Agricultura de Chiloé (Chile). En el sur de Chile existe una zona caracterizada por islas y amplios y tranquilos tramos de costa sobre los cuales se encuentran cientos de casas de vivos colores. Se trata del archipiélago de Chiloé, una zona de belleza natural y tradición a la que los agricultores han dedicado su tiempo y trabajo durante milenios. En 2011, también fue designada como sitio SIPAM por su biodiversidad única y sus métodos agrícolas.

En el pasado, las mujeres del medio rural llevaban a cabo las actividades de conservación de la biodiversidad en sus huertos familiares y pequeñas parcelas, donde sobre todo cultivaban patatas. De hecho, la vida de muchos isleños se centra en la patata. Está vinculada a sus tradiciones culturales, prácticas sociales ancestrales, creencias y mitología, muchas de ellas todavía en uso en los albores del tercer milenio. Actualmente, el gobierno local está desarrollando servicios turísticos rurales relacionados con las granjas, los productos alimenticios y las artesanías.

Terrazas de arroz en las montañas y colinas del sur de China. Estas zonas montañosas de las provincias meridionales de China son conocidas por sus impresionantes paisajes, ¿pero sabían que allí emplean algunos de los métodos más innovadores del mundo para cultivar el arroz?

Los antiguos pobladores de esta zona construyeron terrazas de cultivo para la conservación del agua, lo que hacía posible cultivar arroz en las colinas. Estos fascinantes métodos agrícolas siguen utilizándose hoy en día, y para alentar a los turistas a visitar la región, entender las tradiciones y ayudar a revitalizar la economía rural, China está promoviendo el ecoturismo. Los nuevos proyectos sobre ecoturismo son una de las estrategias del gobierno para mitigar la pobreza en estas zonas rurales ayudando a las comunidades locales a diversificar sus ingresos. La empresa Airbnb y el gobierno local están trabajando juntos para formar a las comunidades locales sobre gestión turística y alojamiento.

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