Un bocadillo o un puñado de almendras, el cual puede agregarse a cualquier plan de alimentación, es benéfico ya que brinda seis gramos de proteína vegetal
Ciudad de México, 29 de octubre de 2019.— Remplazar alimentos poco saludables con nueces y almendras podría desacelerar el aumento de peso en la edad adulta, además de mejorar los niveles de colesterol, señaló la nutrióloga Carmen Ruiz.
La experta citó un estudio de la Universidad de Harvard en el que se analizaron los hábitos alimenticios de 145 mil personas durante dos décadas.
Como resultado, se halló que los usuarios que comieron la mitad de una porción de nueces y almendras, equivalente a 14 gramos al día, subieron menos de peso y eran menos propensos a volverse obesos.
Ruiz añadió que un bocadillo o un puñado de almendras, el cual puede agregarse a cualquier plan de alimentación, también es benéfico ya que brinda seis gramos de proteína vegetal, 13 de grasas insaturadas buenas y cuatro de fibra, así como: vitamina E, magnesio, fósforo, zinc, cobre, manganeso y vitamina B.
Otro estudio, publicado en el Journal of the American Heart Association, destacó la doctora, encontró que un bocadillo diario de 42 gramos de almendras, como parte de una dieta para reducir los niveles de colesterol, ayudó a reducir grasa de la cintura y mejoró significativamente los niveles del mismo.
Además, detalló la nutrióloga, un bocadillo de 42 gramos a media mañana, en comparación con no comer algún bocadillo, ayuda a controlar el apetito y a reducir el consumo de calorías en el almuerzo y la cena, según un estudio publicado en la Revista Europea de Nutrición.
Las dietas altas en carbohidratos, mejor conocidas como dietas hipercalóricas, podrían incrementar el riesgo de desarrollar cáncer, alertó el doctor en Ciencias por la Escuela de Medicina y Homeopatía del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Horacio Astudillo de la Vega.
De acuerdo con el especialista en medicina biomolecular, las dietas hipercalóricas propician condiciones metabólicas que, en conjunto con la exposición de humo de tabaco o radiación, pueden estimular el desarrollo de células cancerosas.
