Pecuario y Pesquero

El que prueba repite, cría y consumo de rana

Entrevista con Edwim Ernesto Radilla Fajardo, gerente de Sistema Producto Rana Michoacán

Por Alejandro Barragán

La ranicultura es una actividad derivada de la acuacultura, cultivo controlado de especies acuáticas vegetales y animales. Esta actividad se refiere a la producción controlada de ranas de forma intensiva para la obtención de carne y subproductos, así como la práctica de su reproducción, crianza y engorda.

En Michoacán, el Comité Sistema Producto Rana Michoacán se dedica a la ranicultura desde 2013 con el objetivo de preservar a las especies endémicas de ranas en la región así como para atender la demanda de estos animales del sector restaurantero y científico.

El gerente de Sistema Producto Rana Michoacán, Edwim Ernesto Radilla Fajardo, conversó en exclusiva para 2000 Agro sobre la crianza y comercialización de estos animales.

“Durante la década de 1970 la carne de rana tuvo una demanda importante por parte del sector restaurantero, por lo cual pescadores de la región las capturaban y las vendían. Sin embargo, esta actividad redujo la población de ranas en la región”, aseguró Edwim quien se refirió a la sobreexplotación de estos anfibios como la razón principal de optar por la ranicultura como una solución a la demanda de un producto que era considerado gourmet y exótico.

“En nuestra primer nave experimental desarrollamos la tecnología para criar a las ranas, posteriormente la propagamos a productores rurales de Michoacán”, recordó Edwim quien se manifestó orgulloso por el giro que dio la ranicultura al ecosistema pues los mismos pescadores que antes las capturaban actualmente son quienes las cuidan y crían en las granjas.

A partir de esta situación, desde 2008 Granjas Ranícolas Michoacán se constituyó e integró a 10 unidades de producción en los municipios de Morelia, Álvaro Obregón y Ziracuaretiro. Actualmente la asociación coordina 25 granjas de ranas en Michoacán y trabaja en conjunto con otras granjas en Jalisco, Estado de México, Yucatán y Guanajuato, a quienes brinda asesoría comercial, administrativa y técnica sobre ranicultura.

Cada una de las 25 granjas que forman parte del Sistema Producto Rana Michoacán tiene la capacidad para producir entre cuatro y cinco toneladas anuales de carne de rana, que puede comercializarse entera (rana en canal) o únicamente las ancas para el sector restaurantero.

Del mismo modo, en fechas recientes se ha fortalecido un nuevo mercado para los criadores de ranas y es el de las universidades, principalmente en Texas, Estados Unidos, quienes adquieren a estos anfibios con fines científicos y educativos.

Las especies que se crían en estas granjas son la toro y la leopardo. La primera es una especie originaria de Estados Unidos cuyo crecimiento y rendimiento son ideales para su cría y venta al sector restaurantero; por otra parte la rana leopardo es una especie endémica de México, la cual si bien es de menor tamaño que la rana toro, se aclimata mejor a las condiciones de clima nacional y su cría es más sencilla, esta especie es la más solicitada por las universidades con fines científicos.

En el caso de ambas especies se deben realizar pruebas de alimentación, nutrición y crecimiento. A pesar de que ambas especies son criadas en el mismo espacio, cada una posee su lugar en la granja, debido a que la rana toro es una especie carnívora y caníbal, y podría acabar con la población entera de ranas leopardo si se les obliga a coexistir en el mismo sitio.

“La rana se ubica en la categoría de pescados y mariscos, así que puede prepararse de diferentes maneras, puede ser un ceviche, en caldo, empanizada”, comentó Edwin respecto a la manera de cocinar a estos animales.

A propósito del consumo de carne de rana en el país el gerente de Sistema Producto Rana Michoacán se refirió al boom del consumo de carne de rana en la década de 1970, cuando se le consideraba como un platillo exótico y cuyo costo era elevado. “Actualmente la carne de rana está ya posicionada en el sector restaurantero de la Ciudad de México, Baja California o Mazatlán, donde ya es común encontrarla a un precio, que si bien aún es caro no es tan elevado como en los setenta”, afirmó.

Un kilogramo de rana en canal tiene un precio de entre 160 y 185 pesos, mientras que las ancas de rana se venden entre 160 y 290 pesos el kilogramo. Estas ventas de rana de cultivo suelen realizarse directamente al sector restaurantero, aunque en Michoacán existen puntos de venta en Morelia, Zitácuaro o Tacícuaro en donde los pobladores saben cocinarla.

De acuerdo con el especialista, uno de los factores que ha facilitado impulsar el consumo de carne de rana en México son los análisis nutricionales que reportan un alto porcentaje de proteína en esta carne, 30 por ciento aproximadamente, además la carne de rana es una estructura muy blanda y la proteína mencionada es altamente asimilable por el organismo humano, lo cual aumenta su valor nutricional.

Finalmente, Edwim Ernesto Radilla Fajardo invitó a los lectores de 2000 Agro a superar los tabúes que aún existen sobre el consumo de carne de rana en México: “Atrévanse a probar cosas nuevas, una vez que prueben la carne de rana querrán repetir la experiencia.”

El consumo de carne de rana en México

En el país se promueve la ranicultura moderna, que es la producción controlada de ranas de forma intensiva para la obtención de carne y subproductos, desde la década de 1980. En la actualidad existen granjas ranícolas localizadas en los estados de México, Michoacán, Jalisco, Sonora y Yucatán, principalmente.

Además de su carne se obtienen subproductos como piel, aceite, harina, los cuales cada vez tienen mayor demanda en México y en el extranjero.

Imágenes cortesía de Sistema Producto Rana Michoacán

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