Pecuario y Pesquero

Sardina: contribuyendo a la soberanía alimentaria de México

Entrevista con Antonio de la Llata, presidente del Comité Nacional de Pelágicos

Alejandro Barragán

Guaymas, Sonora, 11 de septiembre de 2020.— La producción anual de sardina en México es de 85 millones de latas. Esta industria genera ocho mil 300 empleos directos, en las plantas enlatadoras el 30 por ciento de los trabajadores son mujeres. El 95 por ciento de la sardina que se pesca se queda en México por lo cual su contribución agrega mucho a la soberanía alimentaria.

Antonio de la Llata, presidente del Comité Nacional de Plágicos, conversó en exclusiva con 200Agro sobre la importancia de la sardina para la soberanía alimentaria mexicana.

“La sardina no está por todo el país, los estados productores de sardina son Sinaloa, Sonora, Baja California y Baja California Sur, la sardina es una especie costera no oceánica. Cuando hablamos de sardina nos referimos a todas las especies de pelágicos menores que son peces pequeños”, afirmó Antonio.

De acuerdo con el entrevistado, en México prácticamente toda la sardina se consume enlatada, no tenemos la cultura de comerla fresca. El otro destino de los pelágicos menores es la fabricación de harina y aceite de pescado la cual aún se utiliza para alimentar animales de granja pero también sirve para elaborar alimentos balanceados para la acuacultura, este alimento puede contener agregados como soya y vitaminas.

En palabras de Antonio, prácticamente todas las especies de acuacultura en México se alimentan aunque sea un poco con harina y aceite de pescado.

En 2018 se capturaron 218 mil toneladas de pelágico, lo que la convierte por volumen en la pesquería número uno del país.

En México existen 98 barcos que se dedican a la captura de pelágicos, todos ellos monitoreados por el gobierno a través de la Conapesca, ese monitoreo sirve para ayudar al barco en una emergencia, así como para vigilar a los barcos durante una veda o si el barco entra en una zona prohibida.

Asimismo Antonio habló del llamado “paro técnico anual”, el cual tiene su origen hace aproximadamente 30 años, cuando algunos pescadores decidieron disminuir la sobreexplotación de la especie, entonces solo algunos pescadores respetaban el paro. La evolución de esta conciencia llevó hace aproximadamente 15 años a establecer el paro técnico de la pesca durante el verano en los estados de Sonora y Sinaloa.

Actualmente, existe una norma respecto al paro técnico emitida por el Inapesca que determinó un periodo oficial de paro, en este caso va a ser de tres meses. La veda oficial será de julio a septiembre.

Asimismo, señaló que el paro coincide con la época más importante para la reproducción de la especie.

Aseguró que el Inapesca realiza estudios sobre la sardina; con tecnología, detectan los cardúmenes así como el volumen de las sardinas. Con los datos recopilados se puede inferir el tamaño de población de sardina que existe en México, con ese volumen se determina el nivel máximo sustentable que se puede extraer de la especie.

Igualmente, existe una certificación de la sustentabilidad expedida por el Marine Stewardship Council. Lo que pide dicho organismo es demostrar con datos verificables que la extracción de sardina no afecta de manera significativa el crecimiento de la población de esta especie.

De la misma forma, la certificación mide y valida que durante la pesca de sardina no se afecte a otra especie marina ni de aves.

El tercer criterio tiene que ver con las reglas de administración del país donde se realiza la pesca de sardina, que existan leyes y sanciones claras pero sobre todo que se apliquen.

Respecto al confinamiento ocasionado por la pandemia de covid-19 para la industria de la sardina, Antonio aseguró que “de los 98 barcos, cada uno zarpa más o menos con diez tripulantes, muchos debieron quedarse en casa, en las plantas; los empleos directos suman más de ocho mil, desafortunadamente muchos estaban enfermos de hipertensión, diabetes; son población de riesgo para covid-19. La industria es considerada esencial, así que continuamos trabajando pero con 30 por ciento menos personal, la gente que se fue a casa a descansar se fue con goce de sueldo, tampoco se despidió a nadie”, sentenció.

De acuerdo con Antonio, la producción de sardina bajó y los gastos subieron, la industria resintió en el tema de los costos. Por otra parte, mundialmente el consumo de harina de pescado bajó drásticamente. “Fue una situación muy difícil al inicio de la pandemia, pero afortunadamente seguimos adelante”, afirmó Antonio.

Finalmente, Antonio de la Llata expresó un mensaje para los lectores de 2000Agro: “Los invito a consumir sardina, es un alimento con mucha proteína, ácidos grasos, omega 3, hierro, calcio y es muy buena para la salud. Además de consumir un producto nutritivo están consumiendo productos sustentables.”

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