Política Agropecuaria

Agricultura contra desempleo juvenil en África

Invertir en la transformación rural y lograr un mundo sin hambre ni malnutrición van de la mano

Las actividades agrícolas y no agrícolas en el medio rural tienen aún un potencial sin explotar para generar oportunidades de empleo para la creciente población juvenil de África, destacó hoy la FAO en un foro de alto nivel —Aprovechar las aptitudes para la transformación rural y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible— celebrado en coincidencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

La población africana es la más joven y la que crece más rápidamente en el mundo, previéndose que se duplique en 2050. Este crecimiento demográfico tiene un gran impacto en el mercado laboral.

Aunque cada año se incorporan a la población activa en África entre 10 y 12 millones de jóvenes, solamente se crean unos tres millones de empleos anuales.

En este contexto, el sector agrícola, junto a las actividades rurales no agrícolas —como el turismo, las agroindustrias, o el almacenamiento y transporte de alimentos— tienen un gran potencial para crear más y mejores empleos, y fortalecer las comunidades rurales.

“Invertir en la transformación rural y lograr un mundo sin hambre ni malnutrición deben ir de la mano. Promover una mejor educación, el desarrollo de competencias y el empleo decente son vitales para esta transformación en África”, afirmó el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, uno de los líderes mundiales que participa en el foro de alto nivel, compartiendo experiencias y buenas prácticas para crear y ampliar empleos y oportunidades económicas para los jóvenes africanos.

La FAO desarrolla 32 proyectos de empleo juvenil en 20 países africanos. Ayuda a los países y a las Comunidades Económicas Regionales (REC, por sus siglas en inglés) a mejorar sus políticas, estrategias y planes juveniles, y sus medidas de protección social.

No solo forma a jóvenes rurales vulnerables en técnicas agrícolas, sino que también les capacita en competencias empresariales y habilidades de la vida cotidiana para que puedan convertirse en miembros más productivos y activos de sus comunidades.

“Sin embargo, aún se necesitan esfuerzos más coordinados y sistemáticos para lograr mayor impacto y ampliar las actuaciones a nivel regional y nacional en África”, dijo Graziano da Silva.

“También es esencial —añadió— adoptar un enfoque territorial centrado en fortalecer los vínculos físicos, económicos, sociales y políticos entre los pequeños centros urbanos y sus zonas rurales. No olvidemos que las pequeñas y medianas ciudades son lugares en los que los campesinos compran semillas, llevan a sus hijos a la escuela, y reciben atención médica.”

Los jóvenes, a su vez, pueden desempeñar un papel importante ayudando a sus países a avanzar en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y pueden actuar como agentes innovadores y facilitadores de vínculos entre las zonas rurales y urbanas.

La FAO lanzó recientemente un Programa Especial para promover el empleo juvenil mediante la creación de puestos de trabajo en los sectores agrícola y agroalimentario en África. El programa es un ejemplo más de la ya larga colaboración entre la FAO y la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD) —un programa de desarrollo económico de la Unión Africana— y de los esfuerzos de la Organización para fortalecer las asociaciones.

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