Política Agropecuaria

En el tema agropecuario estamos preparados para el T-MEC

El intercambio agroalimentario establecido en el Tratado de Comercio México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) ha crecido de forma constante en los últimos años gracias al esfuerzo de millones de productores y a la política de promoción y fortalecimiento de este sector

Ciudad de México, 3 de julio de 2020.— El T-MEC sin duda beneficia en el capítulo agroalimentario a nuestro país, pero ¿cómo nos beneficia? Aquí te presentamos algunas de las ventajas:

Los productos agrícolas y agroindustriales mexicanos mantienen el acceso libre al mercado de Estados Unidos.

La eliminación de subsidios a la exportación de productos agrícolas y agroindustriales, acordadas y establecidas en foros internacionales se confirman, dando lugar a un comercio justo entre las Partes.

En el tema de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF), se simplifican los procedimientos para reconocer la regionalización y equivalencia de estas establecidas por las autoridades sanitarias de las Partes, convirtiéndose en uno de los instrumentos más ambiciosos negociados por nuestro país en un acuerdo comercial en temas de sanidad.

Ante la incapacidad estadounidense de producir una gran cantidad de hortalizas y otros productos agrícolas estos presentan una enorme demanda; en este punto, México tiene una gran oportunidad de oferta gracias a la capacidad productiva que le brinda su privilegiada situación geográfica.

Los datos de la balanza comercial agroalimentaria han sido muy positivos, reflejo de la capacidad de la gente que trabaja en la agricultura, ganadería, pesca y acuicultura mexicanas para atender el mercado nacional y mantener la capacidad de exportación con calidad, sanidad e inocuidad.

Además, respecto al apartado ambiental del tratado que plantea una agricultura “más responsable” y que atienda compromisos regionales de Norteamérica en la materia, México ha trabajado seriamente en el análisis del uso de agroquímicos y establecido prácticas de gran valor y eficiencia tanto en un mejor manejo del agua como del suelo.

Finalmente, el T-MEC debe orientarse a fortalecer la competitividad de México como plataforma de producción y exportación con el fin de que exista una mayor participación de industrias y empresas del país en las cadenas globales de valor para fortalecer la proveeduría regional y avanzar en este proceso, implica promover el desarrollo de capacidades en toda la región, a fin de mantener y fortalecer los conocimientos y habilidades que nuestros recursos humanos e industrias requieren para continuar innovando y agregando valor.

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