Política Agropecuaria

FAO ayudará a 32 millones de personas con apoyo a medios de vida

940 mdd requeridos para satisfacer las necesidades urgentes de las personas con inseguridad alimentaria en más de 30 países

A medida que el hambre en el mundo ha seguido aumentando debido a la proliferación de conflictos y shocks relacionados con el clima, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está buscando 940 millones de dólares (mdd) para salvar las vidas y los medios de vida de algunas de las poblaciones más inseguras del mundo.

En 2019, la FAO espera llegar a más de 32 millones de personas que dependen de la agricultura para su supervivencia y medios de vida a través de una serie de intervenciones destinadas a impulsar la producción local de alimentos y mejorar la nutrición, al tiempo que fortalecen la capacidad de resistencia de las comunidades a las crisis.

La respuesta de la FAO ayudará a abordar las causas profundas del aumento de la inseguridad alimentaria y la malnutrición, en particular de las poblaciones más vulnerables. Las actividades planificadas incluyen el suministro de insumos agrícolas, como semillas, herramientas, fertilizantes y otros insumos para el cultivo, la repoblación de ganado, el suministro de alimentos para animales y la atención veterinaria, así como la capacitación en las mejores prácticas agrícolas, nuevos enfoques para la producción de alimentos y estrategias de diversificación de los medios de vida. Los proyectos de asistencia humanitaria con capacidad de recuperación a largo plazo también conllevan la gestión y conservación de tierras y aguas, la mejora de la productividad agrícola de los pequeños agricultores y el apoyo a las familias pobres con asistencia en efectivo.

Los choques relacionados con el clima, los conflictos, los desastres naturales y los brotes de plagas de plantas o enfermedades animales continúan planteando grandes desafíos a los agricultores pobres de todo el mundo, interrumpiendo sus medios de vida, reduciendo el acceso a oportunidades de generación de ingresos y obligándolos a abandonar sus hogares. Mientras que también se pone presión sobre los recursos limitados.

Además, las condiciones prolongadas de sequía en los últimos años en varias regiones han dado lugar a malas cosechas consecutivas en países que ya enfrentan altos niveles de inseguridad alimentaria y malnutrición.

Dichos desafíos seguirán siendo una preocupación primordial en 2019.

Posibles condiciones de El Niño
El fenómeno del clima que se desarrolla a principios de año puede complicar la situación. Los peligros de El Niño, generalmente asociados con fuertes lluvias, inundaciones y sequías, agravan tanto la inseguridad alimentaria mundial como la capacidad de adaptación de las poblaciones vulnerables.

La respuesta de emergencia de la FAO en 2019 se centrará en ayudar a las comunidades altamente inseguras en más de 30 países.

Esto incluye a Yemen, la mayor crisis humanitaria del mundo, donde la FAO pretende llegar a 8.6 millones de personas con intervenciones de alto impacto que combinan el efectivo y el apoyo a los medios de subsistencia agrícolas. En Siria, 3.5 millones de personas se beneficiarán de la restauración de los medios de vida agrícolas y las cadenas de valor.

En Somalia, la Organización tiene la intención de asistir a 3.1 millones de personas que enfrentan hambre aguda con el apoyo de medios de subsistencia de emergencia. En la República Democrática del Congo, la FAO pretende ayudar a 1.8 millones de poblaciones afectadas por la crisis a restablecer sus medios de vida y mejorar la producción de alimentos.

El apoyo irá desde los esfuerzos para impulsar la producción local de alimentos y mejorar la nutrición en los hogares, hasta las campañas para ayudar a las familias dependientes de ganado a mantener sus rebaños sanos y vivos, y los proyectos de recursos naturales y gestión de la tierra para mitigar los riesgos de inundaciones o erosión y fomentar la resistencia de la comunidad.

Un impulso importante será la asistencia en efectivo que pondrá dinero en los bolsillos de las personas más vulnerables, para que puedan alimentar a sus familias mientras trabajan para reanudar la producción doméstica de alimentos después de las crisis.

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