Se sentirá el impacto en estados como Zacatecas y Michoacán
MÉXICO.— La caída de las remesas en este año impactará a comunidades rurales, municipios y estados del país que mantienen altos índices de migración, como son los estados de Zacatecas y Michoacán, señaló Federico Ovalle Vaquera.
El secretario general de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), mencionó que 50 por ciento de los migrantes mexicanos son campesinos y jornaleros, y en el país hay 1.8 millones de hogares que reciben esos recursos.
La reducción de los envíos de dinero afecta a cerca de medio millón de familias y la pérdida para 2009 se estima de aproximadamente mil 615 millones de dólares.
En entrevista, comentó que las remesas desde principios de 2000 han ido en ascenso, alcanzando para 2008 la cifra de 25 mil millones de dólares.
Indicó que estos recursos provenientes de Estados Unidos presentaron la cifra de seis mil 500 millones de dólares, pero para 2004 llegaron a 16 mil 600 millones de dólares, y qué decir de 2008 cuando sumaron más de 25 mil millones de dólares.
Sin embargo, aclaró, ahora esta cifra se ha desplomado totalmente debido a la crisis de la economía estadounidense, prueba de ello es que en los primeros meses de este año se reconoce una caída de 10 por ciento con respecto al mismo periodo de 2008.
Por lo tanto, refirió que las actividades productivas de algunas regiones se verán afectadas por el descenso de envíos, por ejemplo, de las cinco regiones agropecuarias del estado de Zacatecas tres son receptoras por excelencia de remesas.
Luego, señaló que el gobierno federal ha tenido que recurrir a los fondos de estabilización y a los seguros de coberturas del petróleo para hacer frente a las necesidades presupuestales de 2009.
Adelantó que ya no contará con esos instrumentos en 2010, con lo que de entrada se tendrá una ley de ingresos muy menguada y por lo tanto un presupuesto rural contraído.
Es seguro, agregó, que el Ejecutivo federal presente para 2010 un proyecto menor en términos reales con respecto al año anterior para el campo, como se ha venido haciendo desde el sexenio pasado.
El dirigente campesino expuso que los precios de los alimentos en el periodo de crisis financiera y alimentaria aumentaron entre 15 y 60 por ciento y los salarios se contrajeron 30 por ciento.
Si a eso le agregamos la caída de las remesas de los hogares rurales y que adicionalmente el ingreso de estas familias es de los más bajos a escala nacional, dijo, el resultado es que el consumo ha declinado y afecta a la población del sector primario de la economía.
Fuente: El Financiero online / Notimex
