Sector Rural

Kellogg y Cimmyt unidos por una agricultura sustentable de maíz en México

Entrevista con Bram Govaerts, representante para México del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt)

Alejandro Barragán

Ciudad de México, 14 de julio de 2020.— El doctor Bram Govaerts es director del Programa de Desarrollo Integrado del Cimmyt, representante regional para las Américas y de país para México. El doctor Govaerts conversó en exclusiva con 2000Agro sobre el programa Apoyo al abastecimiento responsable y agricultura sustentable de maíz en México.

De acuerdo con Bram Govaerts, este proyecto de la Compañía Kellogg y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt) tiene la finalidad de cubrir los requerimientos de maíz amarillo de la empresa con producción local —hecho relevante en el contexto de la emergencia sanitaria actual, que ha subrayado la necesidad de que los países cuenten con diversas fuentes de abasto para contribuir a la seguridad alimentaria nacional—, haciendo énfasis en la calidad de la producción, la sustentabilidad y el desarrollo de modelos de negocio redituables para todos.

El proyecto promueve una relación más estrecha y estable (basada en la confianza recíproca y la consolidación de esquemas ganar-ganar) entre los productores, la empresa y otros operadores clave del sector, como los molinos.

Con ello se pretende generar un entorno propicio para la producción y comercialización competitiva de maíz amarillo, con el objetivo de contribuir al desarrollo del campo mexicano, promover prácticas de producción sustentables y apoyar a los productores para que reduzcan sus costos y aumenten su rentabilidad. El proyecto se implementa en los estados mexicanos de Sinaloa, Guanajuato y también se está explorando actualmente Querétaro. En conjunto, las 223 parcelas que participaron entre 2018 y 2019 totalizan una extensión de más de tres mil hectáreas, y siguen sumando.

Este proyecto, además, fomenta la resiliencia del campo frente al cambio climático y reduce el riesgo de la utilización inadecuada de agroquímicos, entre otros beneficios. De esta manera, el proyecto contribuye a que Kellogg y México avancen en las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y supone también un modelo atractivo para ser replicado por la misma empresa en otras regiones o cultivos o incluso por otras empresas agroalimentarias, lo que contribuirá a un mayor desarrollo local.

“A través de la alianza Kellogg–Cimmyt, se impulsa la siembra de maíz amarillo mediante técnicas que respetan el medio ambiente y que favorecen, en primer término, a los productores participantes y sus comunidades”, aseguró Govaerts.

Asimismo, afirmó el doctor Govaerts, los agricultores reciben constante asesoría y acompañamiento técnico, ya sea desarrollando capacitaciones en el uso eficiente de recursos, aumento a la producción y manejo de plagas, entre otros; o acercando la información que necesitan para conocer y contar con las herramientas que les permitan integrar métodos de producción sostenible, con lo que se reduce el uso de combustibles fósiles que contribuyen al cambio climático, hacer más eficiente el aprovechamiento del agua, minimizar la aplicación de agroquímicos e incrementar la productividad de su siembra.

El proyecto contribuye a estimular las redes agroindustriales y la economía local, con lo que varias empresas de diverso tamaño presentes en los estados del proyecto también reciben beneficios, modernizan su operación y estrategias y, por ende, coadyuvan a un mismo fin de desarrollo integral.

“Kellogg demanda un grano de alta calidad y propiedades muy específicas. Esto ha generado que los productores que se hayan decantado por producir ese número limitado de variedades muestren compromiso con el proyecto y sus condiciones”, afirmó Bram Govaerts. Además, Kellogg emplea un método de determinación del precio de compra por el que se asegura que el productor tenga unas ganancias justas y previsibles. Este elemento ha favorecido bastante una respuesta afirmativa de los productores con respecto al proyecto.

En términos de maíz sustentable, el objetivo es llegar a 150 mil toneladas de maíz local para 2025, de los cuales el compromiso con el Cimmyt es que el 30 por ciento sea sustentable.

El Apoyo al Abastecimiento Responsable en México, que impulsan la Compañía Kellogg y el Cimmyt en los estados de Sinaloa y Guanajuato, fomenta un sistema de prácticas sustentables que aportan valor a la producción, un valor que los consumidores pueden reconocer al recibir productos saludables que provienen de ecosistemas bien manejados y en los que productores mexicanos reciben precios justos.

Con respecto al valor nutricional, el maíz amarillo, además de contener las vitaminas y los minerales que todas las variedades de maíz aportan en general, contiene diversos carotenoides provitamínicos-A (como el betacaroteno, antioxidante que reduce el riesgo de cáncer), los cuales aportan beneficios adicionales a la salud.

Kellogg trabaja con acopiadores y molinos locales, quienes entregan a la compañía el insumo necesario para crear sus productos alimenticios. De esta forma, se favorecen las economías locales y la especialización agroindustrial. En un proceso de libre competencia y competitividad, la empresa se asegura de que participen en la cadena solo los actores que auténticamente generan valor, evitando así intermediaciones innecesarias.

En México, las parcelas de los productores participantes se ubican principalmente en Sinaloa y Guanajuato. Sin embargo, la compañía también puede explorar y operar algunos volúmenes complementarios en otros estados.

Producción de maíz amarillo en tiempos de COVID-19

Bram Govaerts afirmó que en el escenario actual de COVID-19, la calidad de los alimentos ha cobrado mayor importancia entre productores, la agroindustria y los consumidores finales. A medida que las sociedades se encaminan a una fase de recuperación, se enfatiza la importancia de fomentar la agricultura sustentable como una actividad fundamental para disponer de dietas nutritivas y saludables que minimicen los riesgos sanitarios.

A ello hay que añadir que diversas cadenas globales han sufrido impactos desestabilizadores en temas como la logística, los recursos humanos o los precios. “Un proyecto de largo aliento, como este, contribuye a generar un clima de seguridad y certidumbre que es de vital importancia para el agro”, destacó.

La pandemia de COVID-19 expone la necesidad de que los mexicanos dispongan de dietas adecuadas en cantidad y calidad. La agricultura sustentable y el abastecimiento responsable son fundamentales para lograr mejores dietas. El tema de la alimentación cobra cada vez más importancia, ya no solo en lo que respecta a la capacidad del sistema agroalimentario de garantizar el abasto de alimentos en los próximos meses, sino también en la ponderación de dietas más sanas y nutritivas.

“A medida que las sociedades se encaminan a una fase de recuperación, se hace énfasis en que los productores, la agroindustria y los consumidores fomenten la agricultura sustentable como una actividad fundamental para disponer de las dietas adecuadas que se requieren para minimizar los riesgos sanitarios, como los que hoy expone el COVID-19”, declaró Bram Govaerts.

La emergencia global por COVID-19 ha resaltado la importancia de invertir en ciencia aplicada a la salud y a otros sectores estratégicos, así como en la necesidad de un nuevo paradigma científico-tecnológico que propicie una bioeconomía como base del desarrollo sostenible de los países.

Hoy de nuevo con todos tendremos que estar listos para responder a crisis de diversos tamaños. Hoy los productores están sembrando, hoy sabemos que habrá sequía, que el cogollero vendrá a atacarnos en el ciclo que viene. Hoy es nuestra responsabilidad responder a la potencial crisis alimentaria a la que necesitamos hacer frente de manera transformacional como lo hizo el doctor Norman Borlaug.

“Proyectos como el que impulsan la Compañía Kellogg y el Cimmyt plantean una respuesta contundente para evitar una crisis alimentaria, con ciencia aplicada al campo, dando a los consumidores alimentos y dando ingresos a los productores y con el valor de la producción sustentable. Del mismo modo en que el abasto de alimentos se consideró un tema prioritario durante la pandemia, en el camino hacia una nueva normalidad la investigación científica y el desarrollo tecnológico orientado al campo deben ser también un asunto de primer orden de importancia”, finalizó el doctor Bram Govaerts.

Twitter: @bramaccimmyt, @KelloggsLATAM, @CIMMYT

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