Con agroforestería y mejora de prácticas agrícolas, una comunidad en el oeste de Kenia ha aumentado sus ingresos y mejorado su calidad de vida
Las pequeñas explotaciones constituyen la mayor parte del remoto pueblo de Siwot en el condado de Kericho. Parte de la región occidental de Kenia, donde la mayoría de los agricultores cultivan maíz, frijoles y vegetales para su subsistencia, y el café y la caña de azúcar como cultivos comerciales. Y al igual que muchas comunidades en el oeste keniano, y en la cuenca del río Nyando en particular, son conscientes del potencial impacto que el cambio climático tendrá en sus vidas y las de sus hijos.
Durante años, los esfuerzos de los agricultores en la agricultura a pequeña escala producen retorno poco significativo. Pero esto no impidió a la comunidad tener una visión colectiva para su prosperidad: Ellos querían mejorar su calidad de vida, educar a sus hijos, dedicarse a la agricultura como un negocio y agregar valor a los cultivos comerciales para aumentar sus ingresos. Lo que les faltaba era el conocimiento para que esto suceda. Así, en 2008 unos 46 hombres y mujeres del pueblo se reunieron para formar el Grupo de Auto Ayuda Gaa Toben con el objetivo de lograr la prosperidad para ellos y su comunidad.
Desde 2009, el Centro Mundial de Agroforestería (ICRAF) ha promovido la implementación de un proyecto diseñado para permitir a las comunidades de la cuenca Nyando mitigar el impacto de los desafíos relacionados con el cambio climático, mediante la mejora de sus capacidades de adaptación. Estos proyectos son fundamentales para mantener e incluso mejorar sus medios de vida y el bienestar general.
De acuerdo con los científicos en el Centro Mundial de Agroforestería, en la finca forestal, o el uso intencional de árboles en el sistema de cultivo, ha demostrado ser eficaz en la mitigación y la adaptación a los riesgos climáticos. Teniendo en cuenta los procesos a veces complicados de la transformación rural, un nuevo enfoque para la promoción de la agroforestería, el desarrollo impulsado por la comunidad basado en activos, se aprobó en 2011.
Mediante el activo basado en el desarrollo impulsado por la comunidad, o ABCD, se enseña a los participantes a entender y apreciar el valor de sus pertenencias, y utilizar sus diferentes cualidades naturales, físicas, humanas, activos sociales, culturales y financieros para mejorar sus medios de vida. El enfoque ABCD se llevó a cabo en colaboración con el Instituto Internacional Coady, un pionero en el desarrollo de enseñanza comunitaria. El proyecto fue apoyado por la Fundación Comart.
Como parte del enfoque ABCD, ICRAF apoyó a grupos de la comunidad con formación técnica específica en agroforestería y las prácticas agrícolas. Los grupos identificaron las actividades que potencialmente podrían mejorar sus medios de vida a través de su ejercicio de planificación de la acción comunitaria.
