Tecnología

La energía limpia de las excretas pecuarias

Tecnología para generar biogás

El biogás se obtiene mediante un biodigestor, contenedor hermético e impermeable en el que se depositan las excretas pecuarias y una porción de agua; el estiércol, una vez descompuesto, produce gas metano.

Dos horas después de que las excretas han sido depositadas en el contenedor, en ausencia de aire la materia orgánica comienza a biodegradarse. El estiércol dura 40 días descomponiéndose y posteriormente comienza a emitir biogás, mezcla constituida por metano, entre un 50 y 70 por ciento, y en menores cantidades dióxido de carbono, hidrógeno, nitrógeno y sulfuro de hidrógeno.
En México, alrededor de 18 empresas ofrecen servicios de diseño, construcción e instalación de biodigestores, como Servicios de Ingeniería Ambiental, Renovables y Ahorro de Energía (Sayercen) y Environmental Fabrics de México, entre otras.

Esta última fue la encargada de instalar en Delicias, Chihuahua, el biodigestor más grande del país, en un establo lechero que es el socio más importante de la empresa Alpura. El equipo, de 260 metros de largo por 120 metros de ancho y 7.5 metros de profundidad, genera 80 kilovatios por hora.
De los aproximadamente 700 mil biodigestores instalados en México, 5 por ciento se encuentran en granjas porcinas; 85 por ciento, en establos lecheros, y 10 por ciento, en rastros, la mayoría en los estados de Sonora, Jalisco, Puebla, Coahuila y Yucatán, mencionó el ingeniero Pedro Rodríguez Zaragoza, director general de Environmental Fabrics.

Dado que la inversión inicial para adquirir un biodigestor es considerable, por lo general son los grandes productores quienes tienen mayores posibilidades de adquirir uno. “Las granjas tecnificadas demandan una gran cantidad de energía, pero también generan mayores volúmenes de residuos, por lo cual la incorporación de biodigestores les permite reducir drásticamente los costos en energía”, apuntó Rodríguez Zaragoza.

Sin embargo, en el corto plazo los pequeños productores también podrán adquirir un biodigestor; actualmente, Environmental Fabrics de México está desarrollando biodigestores de bolsa, que funcionarán para granjas de traspatio, en un espacio de tres o cuatro metros cuadrados.
El ingeniero Rodríguez explicó que un biodigestor para una granja bien tecnificada necesita aproximadamente una superficie de 25 metros cuadrados de terreno, donde se escarba hasta alcanzar una profundidad de cinco metros, y puede generar, dependiendo de la cantidad de excretas, entre 60 Kw/h eléctricos y 50 Kw/h de calor diariamente.

Respecto al costo del equipo, éste dependerá del tamaño de la granja. Los precios van desde ocho a 15 mil pesos, hasta tres o cinco millones de pesos, incluyendo la excavación, el digestor y el sistema de extracción de biogás, sin considerar la implementación de un motogenerador.

Aunque hay alrededor de 70 variedades de biodigestores, en México el más utilizado, por lo económico y su fácil instalación, es el modelo laguna cubierta, compuesto por un contenedor con fondo de geomembrana y cubierta de PVC, tuberías de entrada, de captación de gas y de salida.
“Los biodigestores están garantizados por los proveedores hasta por diez años; sin embargo, el buen funcionamiento del equipo dependerá de un buen mantenimiento por parte de los productores, quienes continuamente deben asegurarse de que el sistema esté íntegro, que no conserve agua en ciertos puntos que puedan provocar tensión y evitar que se acerquen los animales y rompan las membranas”, mencionó Rodríguez Zaragoza.

Financiando la energía

Con el objetivo de acercar la tecnología del biogás a los productores pecuarios de pequeña y mediana escala, en coordinación con Fideicomisos de Riesgo Compartido (Firco), la empresa Environmental Fabrics de México lleva a cabo varios proyectos de instalación de biodigestores en diferentes puntos de la República Mexicana.

Firco —agente técnico de la Sagarpa— financia la iniciativa, la cual forma parte del Proyecto de Apoyo a la Generación y Aprovechamiento de Biogás (Proab), dirigido a productores primarios y empresarios del sector rural con unidades productivas lecheras o porcinas, que cuentan con cuando menos 300 vacas en producción lechera o 250 vientres porcinos y cuyas excretas pueden ser utilizadas para producir biogás y aprovecharlo en la generación de energía térmica y/o eléctrica.

Respecto de la operación de este programa, Jorge Miguel Torres Bernal, gerente estatal de Firco en el Estado de México, comentó que el primer paso consiste en realizar un plan de negocios donde se visualiza el diseño del biodigestor con base en el potencial de las granjas, es decir, hecho a la medida de cada unidad productiva.

Mediante este programa, Firco aporta a los productores el 50 por ciento del costo de sistema de biodigestión, siempre y cuando el proyecto sea de una inversión menor a un millón de pesos. Cuando el costo es mayor, los productores deben aportar la diferencia, ya sea con recursos propios o bien mediante créditos otorgados por la banca de desarrollo o privada.

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