Agroindustria

FAO publica informes sobre la importancia del microbioma para la inocuidad alimentaria, los suelos y la nutrición

  • Expertos de la FAO piden que se realice investigación más profunda sobre ecosistemas dinámicos que afectan la salud humana, la inocuidad alimentaria y la salud del planeta

2000Agro/Redacción

Todos los datos empíricos sugieren que el microbioma, un concepto incipiente que se refiere a los complejos ecosistemas compuestos por bacterias y otros microorganismos, resulta extremadamente valioso para explicar asuntos relacionados con la salud de los seres humanos, de las plantas y del planeta.

A fin de contribuir al debate científico, y de estimular y orientar más debates al respecto, expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) han producido cuatro nuevas publicaciones, una de ellas centrada en la salud del suelo, y tres revisiones científicas sobre la manera en que los microplásticos y los residuos de plaguicidas y medicamentos veterinarios pueden repercutir en la inocuidad de nuestro suministro alimentario.

En términos generales, un microbioma consiste en una comunidad de bacterias, hongos, archaea y otros microorganismos y su “teatro de operaciones”, que incluye sus interacciones entre sí y con sus respectivos entornos. Existen microbiomas en todos los ecosistemas y en las plantas, los animales, los suelos, los bosques, los océanos y, factor importante, en los seres humanos. Los microbiomas varían enormemente entre unos y otros en cuanto a su composición y funciones, así como a lo largo del espacio y el tiempo.

No obstante, la investigación, con la ayuda de los adelantos tecnológicos en secuenciación genómica, apunta a determinadas pautas amplias que pueden correlacionarse con la salud o la disfunción de sus huéspedes y los ecosistemas en los que habitan. Un corpus creciente de datos empíricos sugiere que el microbioma intestinal puede estar relacionado con muchas consecuencias en materia de salud y nutrición, tales como el retraso del crecimiento, la obesidad y el sobrepeso, las funciones cognitivas y las funciones inmunológicas, entre otros.

Residuos de plaguicidas

Si bien la FAO, trabajando junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha llevado a cabo en los últimos 60 años una amplia labor normativa acerca de los riesgos que los residuos de los plaguicidas plantean para la salud humana y de los cultivos, poco se sabe acerca de los efectos de la exposición a largo plazo a niveles de dosis más bajos en el microbioma intestinal y la salud.

Los expertos de la FAO han hecho una revisión sistemática de la labor científica reciente sobre este tema, titulada “The impact of pesticide residues on the gut microbiome and human health” (Efectos de los residuos de plaguicidas en el microbioma intestinal y la salud humana).

Hasta ahora, se han incluido solo unos pocos plaguicidas en la investigación sobre el microbioma, y en la mayoría de los estudios se han seleccionado ingredientes controvertidos, tales como el glifosato y el clorpirifos, en los que se centran extensas secciones del informe de la FAO.

Microplásticos

Las partículas de microplásticos son contaminantes ubicuos cuyos posibles efectos en los microbiomas intestinales aún no se han estudiado suficientemente, aunque se han llevado a cabo algunas investigaciones en animales acuáticos, y se ha demostrado que afectan a las comunidades microbianas de los suelos de maneras que pueden en algún momento afectar a redes alimentarias completas. También es motivo de preocupación el hecho de que las partículas minúsculas de plástico pueden absorber otros contaminantes en su superficie y hospedar biofilms, que actúan como portadores de vectores patógenos y resistencia a los antimicrobianos.

En la publicación titulada “The impact of microplastics on the gut microbiome and health – A food safety perspective” (Efectos de los microplásticos en el microbioma intestinal y la salud desde la perspectiva de la inocuidad alimentaria), los expertos de la FAO observan que los datos científicos de este campo se encuentran aún en sus albores, señalan lagunas de conocimientos e indican el tipo de investigación que se requiere con miras a contribuir a evaluaciones de riesgos y decisiones reglamentarias más sólidas.

Residuos de medicamentos veterinarios

Hay estudios que han determinado que alrededor de las dos terceras partes de los productos farmacéuticos de ingestión oral para seres humanos son metabolizadas por al menos una cepa de bacterias intestinales y que la tasa de transferencia de genes en la microbiota intestinal es 25 veces más alta que en otros entornos.

En la publicación “The impact of veterinary drug residues on the gut microbiome and human health” (Efectos de los residuos de medicamentos veterinarios en el microbioma intestinal y la salud humana), los expertos de la FAO describen las maneras en que la investigación futura puede hacerse más sistemática, haciendo hincapié en que se requieren más estudios longitudinales y una definición y validación de biomarcadores relacionados con el microbioma, así como en que es necesario centrar la atención en determinar la causalidad, entre otros temas.

Suelos

En otro estudio, publicado en Nature Communications, Ronald Vargas, experto en suelos de la FAO y secretario de la Alianza mundial sobre los suelos, pide que se reconozca concretamente que los microbiomas de los suelos deben considerarse de manera explícita a fin de lograr los objetivos del enfoque de “Una sola salud”.

Los microbiomas saludables de los suelos son un importante factor que apoya la seguridad alimentaria mundial. Aquellos con una baja diversidad, no obstante, se han relacionado con la transferencia del agente causal de la fiebre tifoidea a plantas, frutas comestibles y semillas.

Fotografía: FAO

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