Agroindustria

Fomentará FIRA producción maicera y turismo rural

Como parte de sus proyecciones, FIRA aplicará nuevos esquemas de financiamiento para productores de maíz y frijol, además de fomentar actividades no agrícolas como turismo rural o ecoturismo, que representan una fuente de ingreso para habitantes del campo

De acuerdo con el director de los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), Rodrigo Sánchez Mújica, para el ciclo otoño–invierno, la institución espera otorgar por conducto del Fondo Nacional Mutualista de Productores de Maíz y Frijol (Fonamu), financiamiento a productores de estos cultivos del orden de mil millones de pesos, para unas 350 mil hectáreas de maíz y frijol.

En entrevista con 2000 Agro, el directivo informó que cada año alrededor de un millón de productores reciben financiamiento de FIRA, de los cuales 70 por ciento son productores de maíz y frijol; en este sentido, destacó que la importancia de impulsar esquemas de financiamiento como el Fonamu radica en que la producción de maíz en México es deficitaria.

México consume unas 30 millones de toneladas de maíz al año, de las cuales produce 22 e importa ocho. Buscamos aumentar la producción para depender menos de las importaciones porque aunque los precios de la gramínea han caído en los últimos meses, es un insumo básico no sólo para la alimentación de los mexicanos, sino también para el consumo humano indirecto, mediante derivados pecuarios como leche, carne, huevo o alimento para animales, mencionó.

Percepción de riesgo y financiamiento

En contraste con el señalamiento de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores de Campo (ANEC), que asegura que el Fonamu es más un beneficio para la banca comercial que para el sector agropecuario, al otorgarle todas las garantías para que los riesgos que corran las instituciones sean mínimos, el director de FIRA afirmó que la mayor participación de los bancos en el financiamiento al campo obedece a que éste será un mejor negocio si representa actividad menos riesgosa.

“Gracias a la banca de desarrollo, a los programas de garantías, distintos apoyos y subsidios que se otorgó a la banca, los bancos han regresado de manera gradual al financiamiento al campo”, aseguró.
Para los bancos —apuntó Mújica— la percepción del riesgo ha cambiado en función de la siniestralidad. “El índice de morosidad en el año 2000 llegó a ser de 40 por ciento, mientras que en el periodo 2005–2006 la morosidad fue menor a 4 por ciento. Esto anima a los bancos a prestar.”

Sumado a ello, señaló que quizá una mayor participación de intermediarios financieros, como las Sofoles o Sofomes —más orientadas a productores rurales pequeños— aumentaría la competencia entre instituciones que otorgan crédito al campo. “Si la gente tiene varias opciones para obtener financiamiento, los bancos verán la manera de conservar a los clientes otorgándoles mejores condiciones financieras, como menores tasas de interés o menores porcentajes de garantía.”

En el caso del apoyo que FIRA ofrece a los pequeños productores, el director de la institución refirió que la premisa fundamental para el otorgamiento de crédito es que el productor presente un proyecto que sea financieramente rentable, que sea un proyecto productivo que le garantice al banco el retorno del crédito.

Además del apoyo financiero, FIRA brinda asistencia tecnológica al posibilitar acceso a mejores semillas, fertilizantes, que dan más viabilidad al proyecto y esto genera mejores sujetos de crédito —objetivo fundamental de la banca de desarrollo— y para ello debemos contar primero con buenos productores.

Por otro lado, en el caso de la producción de biocombustibles a partir del maíz o caña de azúcar, el director de FIRA opinó que ésta no es una opción viable en el corto plazo.

“Si somos deficitarios en la producción de maíz, sería ilógico destinar el poco que tenemos a la producción de bioenergéticos.

“En el caso de la caña de azúcar, una planta para producir etanol cuesta alrededor de 50 millones de dólares; pocos productores tienen acceso a esto, por no mencionar el fuerte abastecimiento de grano para ser rentable. Entonces, si el litro de etanol va a costar el triple que el litro de gasolina de petróleo, no sería un buen negocio para nadie”, concluyó.

Financiamiento a actividades no agrícolas

Al referirse al financiamiento a actividades no agrícolas, Mújica informó que FIRA fomentará el desarrollo rural mediante el impulso al turismo rural o el ecoturismo, ya que, de acuerdo con una reciente investigación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sólo 50 por ciento de los ingresos de los productores rurales proviene de actividades agropecuarias, en tanto que el 50 por ciento restante se obtiene por medio del turismo y la prestación de servicios.

“La vocación de la tierra es lo que determina la actividad que se debe desarrollar, y hay zonas donde dicha vocación no es agrícola; pero si se tiene una propiedad con potencial turístico, esa clase de

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