Agroindustria Granos y Oleaginosas

Productores establecen programas de protección a los maíces criollos

El objetivo de los programas de conservación y custodia de los maíces mexicanos es que los agricultores obtengan mayores ingresos, destaca Efraín García Bello, presidente de la CNPAMM

Isabel Rodríguez

Productores-establecenMÉXICO.— Productores agrícolas y entidades gubernamentales llevan a cabo proyectos conjuntos para conservar, custodiar e incentivar la producción de las 52 razas de maíz mexicano.

Por parte de los agricultores, la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM) tiene en marcha el Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos, con acciones directas en los estados de Puebla, Oaxaca, Tlaxcala y Estado de México.

El presidente de la organización, Efraín García Bello, enfatizó que el objetivo de dicho proyecto no es “conservar las razas de maíz metiéndolas al refrigerador”, sino en coordinación con el gobierno, hacer que el agricultor obtenga valores agregados de los maíces criollos.

García Bello mencionó que en breve comenzará la producción de harina con propiedades altamente nutricionales, además de aprovechar las propiedades antioxidantes y de pigmentación de este grano para emplearlo en la elaboración de artesanías y actividades gastronómicas.

Por su parte, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) informó que este año se han destinado recursos por 40 millones de pesos para fomentar el cultivo y conservación de las 52 variedades de maíces criollos que se tienen identificadas en todo el país.

Mediante un comunicado, la dependencia recordó que desde 2002 el gobierno federal puso en marcha el Sistema Nacional de Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (Sinarefi), por medio del cual se conservan y aprovechan todos los recursos genéticos vegetales.

Asimismo, el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas lleva a cabo programas de conservación y mejoramiento in situ y ex situ; en el primero, los agricultores se convierten en los guardianes de sus semillas en sus propios terrenos, guardan los maíces en bancos comunitarios y los continúan cultivando para evitar su desaparición.

Con la modalidad de conservación ex situ, las semillas se guardan fuera del lugar donde se cultivan, generalmente en cuartos fríos, plantaciones en campo, jardines botánicos o mediante otras técnicas de resguardo.

Adicionalmente, desde septiembre de 2008 se trabaja en la identificación de la huella genética de razas de maíz. Esta acción, explicó la dependencia, ha permitido el establecimiento en campo de muestras representativas de cada raza de maíz, cuyas características morfológicas son corroboradas para obtener análisis moleculares.

Paralelamente, en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt) se trabaja en la generación de tres híbridos de maíz y seis variedades resistentes a la sequía, cuyos resultados se espera obtenerlos antes del año 2012.

2000 Agro

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