Biotecnología

Producen combustible con estiércol

Especialistas de Guanajuato aprovechan el gas metano natural en el abono y con él sustituyen el gas licuado convencional
Con el estiércol de dos o tres vacas y una inversión de 2,100 pesos, campesinos de Guanajuato pueden aprovechar los desechos de sus animales para producir gas y abastecer sus casas con electricidad.

Con el estiércol de dos o tres vacas y una inversión de 2,100 pesos, campesinos de Guanajuato pueden aprovechar los desechos de sus animales para producir gas y abastecer sus casas con electricidad.

En un biodigestor que se ensaya en forma experimental en los jardines del Instituto de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Guanajuato, con sede en Irapuato, se captura el gas metano que de forma natural se produce en el abono, y con él se sustituye el consumo de gas licuado convencional.

El proyecto rural, encabezado por el ingeniero químico y doctor en Agronomía, Ernesto Camarena Aguilar, busca fomentar el uso de energía alternativa, abaratar costos para las familias campesinas y detener el daño ambiental que ocasiona la quema de leña y la liberación de residuos tóxicos a la atmósfera.

«Este método se desarrolla hace 40 años en la India y China, pero en México no se le había hecho caso. Con una adaptación para lograr una instalación eficiente y barata (que requiere de un pequeño pozo, una zanja, tubería y grandes bolsas de plástico) lo estamos probando con éxito en Guanajuato», explicó Camarena Aguilar.

El biodigestor funciona como un estómago, en el que se fermentan los residuos alimenticios y se forman gases.

«A nivel químico ocurre una fermentación que se logra por el trabajo de las bacterias contenidas en el estiércol a una temperatura mínima de 15 grados Celsius. Es una fermentación sin oxígeno producida por un tipo de bacterias llamadas metanogénicas porque producen gas metano, el cual nos interesa capturar», agregó.

Mientras la mezcla de estiércol y agua se mantiene en una tubería plástica, el gas se separa en el biodigestor, que es una bolsa plástica transparente de 12 metros y 0.8 milímetros de espesor, donde se acumula el biogás que luego se extrae con pequeñas válvulas para utilizarlo como combustible capaz de encender el fuego de una estufa.

El proyecto, diseñado el año pasado y el cual tiene apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) por 400 mil pesos para el bienio 2005-2006, busca mostrar su eficiencia entre las comunidades rurales de Guanajuato.

Para funcionar, el proceso requiere el estiércol de dos o tres vacas, 10 mil litros de agua y la instalación del pozo, la tubería y el biodigestor. Tiene una vida útil de siete años, pues el agua se reutiliza y el estiércol procesado se aprovecha como biofertilizante orgánico rico en nitrógeno.

Fuente: Reforma

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