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Acidificación oceánica amenaza producción de mariscos en Alaska

La acidificación oceánica podría dificultar que las aguas costeras de este estado soportaran los criaderos de moluscos hacia el año 2040

acidi-alaskaUna nueva investigación en colaboración en la que participaron la NOAA, la Universidad de Alaska y un criadero de mariscos local demuestra que la acidificación oceánica podría dificultar que las aguas costeras de este estado soportaran los criaderos de moluscos hacia el año 2040, a menos que se pongan en marcha costosos esfuerzos de mitigación para modificar el agua de mar que utilizan los criaderos.

“Nuestra investigación muestra que podría haber efectos significativos de la acidificación del océano en la emergente industria de criaderos de mariscos de Alaska en cuestión de dos décadas y media”, explica el doctor Jeremy Mathis, un oceanógrafo del Laboratorio del Medioambiente Marino del Pacífico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y uno de los coautores de un estudio publicado recientemente en Plos One.

“Tenemos que seguir asociándonos con la industria y otras partes interesadas para asegurarnos de que estamos proporcionando la inteligencia ambiental que necesita la industria para responder a preguntas clave y tomar decisiones para responder a estos desafíos”, agrega.

La absorción de dióxido de carbono proveniente principalmente de fuentes humanas está haciendo que los océanos globales se vuelvan más corrosivos para los minerales de carbonato de calcio que los mariscos necesitan para construir y mantener conchas.

Las aguas de Alaska son especialmente vulnerables a la acidificación de los océanos debido a que la absorción de las emisiones de dióxido de carbono de origen humano no es el único proceso que contribuye a la acidez. El derretimiento de los glaciares, el dióxido de carbono que surge de las ricas aguas profundas y de la descomposición natural de la vida vegetal, sumado al hecho de que el agua fría absorbe más fácilmente el dióxido de carbono, exacerban la acidificación oceánica en la región.

Un equipo de científicos del Laboratorio del Medioambiente Marino del Pacífico de la NOAA en Seattle y de la Universidad de Alaska Fairbanks trabajó con el criadero de mariscos Alutiiq Pride en Seward, Alaska, para monitorear la composición química del agua de mar durante un periodo de diez meses, desde octubre de 2013 hasta agosto de 2014, con el fin de medir el efecto potencial de los cambios en la química del océano en el crecimiento de las larvas y semillas de ostras, almejas, vieiras y otros crustáceos.

Los investigadores encontraron que la composición química del océano frente a Seward fluctuaba de manera considerable según la temporada. En la actualidad existe una ventana de cinco meses durante la primavera y el verano, cuando las condiciones de crecimiento favorecen las larvas de mariscos, seguido por periodos de malas condiciones para su crecimiento en otoño e invierno. Pero en algunos escenarios previstos para las emisiones de dióxido de carbono, esta ventana de cinco meses para producir los mariscos podría llegar a cerrarse en 2040. Entonces, los criaderos sólo podrían producir semillas de moluscos viables si se aplican costosos esfuerzos de mitigación para modificar el agua del océano que ingresa en estos centros.

Fuente: FIS, imagen

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