José Luis Martínez/2000 Agro
Tras la victoria electoral de Donald Trump para convertirse en presidente de Estados Unidos el pasado 8 de noviembre, muchos sectores en México comenzaron a temblar.
Desde ese día y hasta su toma de posesión el 20 de enero el dólar se disparó, los migrantes ilegales comenzaron a temer por ser deportados de manera masiva, comenzaron los cuestionamientos sobre cómo y con qué dinero se construiría su famoso muro y Canadá anunció su salida del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) si EEUU imponía condiciones excesivas.
Algunas de estas promesas de campaña han ido caminando, otras han sido detenidas por el Congreso estadounidense y la misma opinión pública, que continúa criticando estas medidas ultranacionalistas que atentan contra la relación con sus principales socios comerciales y vecinos.
En medio del sopor que se vivió en México por esta situación, algunos sectores comenzaron a recobrar el optimismo, pues recordaron que nuestro país también tiene voz y voto en estas decisiones y, en caso de ser perjudicados, puede tomar acciones para contrarrestarlas.
Al hablar específicamente de la renegociación del TLCAN, la subsecretaria de Desarrollo Rural de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Mely Romero, destacó para 2000 Agro el potencial de la industria agrícola de nuestro país:
“Este momento es un desafío que puede convertirse en la mejor oportunidad para México porque ante toda la angustia que están viviendo nuestros productores, ya cuentan con todos los requisitos que se les imponían para exportar a EEUU: organización, capacitación, certificación, inocuidad, sanidad.
“He platicado con productores si están preocupados por las medidas anunciadas por el presidente Trump y los que tienen todo en orden te dicen: ‘absolutamente no estoy preocupado. Yo tengo todo en orden, mis productos pueden seguir pasando a EEUU y a mí no me van a parar’. Los que no, están preocupados. Pero entonces estamos buscando que se ocupen en tener lo que necesitan para exportar”, indica la funcionaria federal.
“Este reto se está convirtiendo en una muy buena oportunidad para los productores mexicanos. Inclusive los productores estadounidenses le están diciendo a su presidente y su Congreso que no quieren que se renegocie el TLCAN ni que se pierda porque a ellos no les conviene, porque también nosotros les compramos muchísimo producto.”
Además, la funcionaria destaca la postura oficial que ha tomado la dependencia respecto a esta situación que parece injusta para los productores mexicanos:
“El secretario José Calzada dice: ‘tampoco nos vamos a quedar de brazos cruzados’. Ha estado platicando aquí en México con representantes de diferentes países ya hizo algunas visitas, específicamente a Corea, a Japón, fue a Argentina, es decir, está buscando abrir mercado precisamente para que nuestros productos se puedan vender en otros países y nosotros también ir a venderles. Simplemente con no quedarnos de brazos cruzados y hacer lo que tenemos que hacer y será una gran oportunidad para México”, asegura.
—¿Qué tan atractiva es la producción mexicana para otros países?
—Tenemos las cinco certificaciones más importantes en materia de sanidad e inocuidad, el sistema Senasica, que es de lo mejor que tenemos. El mundo reconoce a México, lo que hay que hacer es puntualizar los acuerdos bilaterales y en eso está trabajando también el secretario.
“Hay muchísimos productores que están exportando y tenemos que sentirnos muy orgullosos porque se han encaminado muchísimos acuerdos de comercio bilaterales, se han certificado nuestros productos y nuestro ganado y por lo tanto ya tiene nueva opción de venta no solo en EEUU, que es nuestro principal socio, sino en Europa, Asia, una región en donde vendemos mucho. El otro día el secretario anunció que Rusia estaba interesado en comprarnos 300 mil toneladas de carne de res y él explicó que actualmente en todos los tipos de carne que exportamos, es menos de esas 300 mil toneladas, ese es el potencial que tenemos para venderle al mundo.
“México es uno de los cinco países que tiene las cinco certificaciones de sanidad a nivel inocuidad. Entonces, el mundo sabe que México está produciendo bien, que lo hace con calidad y, por lo tanto, sí nos están aceptando nuestros productos, con todos los protocolos que eso implica, el campo sí es negocio.”
—¿Se pueden disolver de un plumazo estos acuerdos como pretende Trump?
—Hay esquemas de agricultura por contrato para que ya haya un acuerdo antes de la siembra, entonces el productor ya sabe cuándo va a vender, a quién, a qué precio y cuánto le va a quedar de ganancia. Eso le da seguridad y ha sido un esfuerzo también de la Sagarpa porque tienen que organizar a los productores porque uno solo es difícil que atienda la demanda del comprador internacional. Entonces, aquí se organizan y se vinculan.
—¿Qué va a pasar con los trabajadores que serán repatriados?
—También hay una gran preocupación por esta gente, ya sean repatriados o que se regresen por su propio gusto. Nosotros en nuestros programas pusimos como un criterio de priorización, apoyar a los jóvenes repatriados y a las mujeres migrantes.
“Entonces, ante dos proyectos similares, o equivalentes, el que venga un joven repatriado, tendrá un criterio adicional para poderlo apoyar, porque entendemos que van a necesitar un impulso muy importante.
“Estamos preparados para eso también. Además tenemos que aprovecharlos porque muchos de ellos han trabajado en el campo. Vendrán aquí a implementar sus requerimientos, en un momento donde el campo es negocio, necesitamos producir más alimentos y necesitamos salir ganando todos”, concluye.
