Sector Rural

Productores menonitas reviven el desierto coahuilense

En el desierto de Coahuila, se han desarrollado los nuevos asentamientos de la comunidad menonita que han hecho producir 800 hectáreas de terreno

pro-menonitasSaltillo, Coah. (México).— Hambre fue la palabra que taladró la cabeza de Anton. Y así, decidió viajar al desierto coahuilense con sus ocho hijos y su mujer. En medio de la nada, levantó una casa que ahora es el único patrimonio de la familia.

“Aquí estamos en el desierto, ni la policía sabe dónde vivimos nosotros”, cuenta el hombre alto, de piel blanca, casi rojiza, cuerpo delgado. Anton Sawatsky Harder dejó el ejido Casas Grandes, Chihuahua, para buscar un ingreso en Coahuila.

Perteneciente a la comunidad menonita, Anton junto con su esposa Martha Loewen Wiebe y sus hijos Elly, Ester, Artur, Enna, Adolf, Jakob, Felipi y Ronny viven en Llanos Blancos, ejido de Sierra Mojada, municipio localizado en el desierto de Coahuila y que limita con Chihuahua, ubicado a 460 kilómetros de Saltillo.

Para llegar a esta zona hay que recorrer kilómetros de asfalto, abrirse paso por caminos de terracería, en medio del desierto, donde no existe señal de telefonía. Ahí, se han desarrollado los nuevos asentamientos de la comunidad menonita que han hecho producir 800 hectáreas de terreno con siembra de maíz, algodón, tomate y frijol.

Las familias menonitas llegaron a poblar el terreno que se encontraba vacío. Hasta hace cinco años, en el censo realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2010 contó a dos habitantes, en donde ahora se encuentra la familia de Anton.

“El plan es quedarnos aquí más años. Es bueno vivir en Coahuila, nomás el sueldo está muy duro. Sí da mucho la tierra, nomás necesita hacer uno pruebas en los huertos y labores, ver de cuál fertilizante echamos para que la tierra nos dé”, cuenta Anton, recargado sobre su vieja camioneta.

Es mediodía, el viento sopla fresco y el sol cala sobre la tierra de Llanos Blancos. Anton estaba dormido por un resfriado que le provocó malestares por tres días. Habla alemán bajo y es el único de la familia que se puede comunicar en español.

Cuenta sobre sus conocimientos de maquinaria agrícola, sistemas de riego de aspersión, fertilizantes y el uso de perforadoras y lo difíciles que han sido los últimos diez meses, pues no han podido sembrar.

“Maíz sí dio la tierra, fue elote dulce, ¿lo conoces? A la gente le gustó y yo lo fui a vender, dejó buena ganancia en Sierra Mojada, espero en este año volver a hacer lo mismo.”

En Coahuila, hasta la fecha, las familias menonitas han adquirido 12 mil hectáreas en Llanos Blancos y Providencia. Solo en la zona de Providencia han perforado nueve pozos, pero tienen solicitados 100 permisos. Algunas familias compraron a los ejidatarios a 400 pesos la hectárea de tierra fértil.

Datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) de 2014, en las regiones en las cuales hay comunidades menonitas, la producción de maíz de grano generó ganancias que fueron de los dos hasta los 61 millones de dólares.

En 2014, el valor de la producción de maíz de diez comunidades fue de 269 millones 551 mil 178 dólares por 895 mil 750 toneladas. En el caso del algodón, las ganancias que se obtuvieron tras la producción de 318 mil 495 toneladas, fueron de 235 millones 471 mil 827 dólares, también en 2012. Para 2013, el valor aumentó casi ocho millones de dólares.

Y es que los menonitas viven del campo, pues dentro de su filosofía de vida se trabaja para la comunidad y los frutos de dicha labor deberán ser repartidos entre todos los miembros de la misma.

Debido a esto, a nadie le faltará nunca ni alimento ni vestido; la comunidad se apoya entre sí.

Fuente: Zócalo, imagen

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