Tecnología

Ciudades más verdes, sistemas alimentarios resilientes

¿Puede covid-19 ser el catalizador necesario para transformar los sistemas alimentarios urbanos?

Ciudad de México, 2 de noviembre de 2020.— Difícilmente llamaría verdes a la mayoría de las áreas urbanas, ya sea en apariencia o en acciones, pero la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) se está asociando con ciudades de todo el mundo, en una nueva iniciativa de Ciudades Verdes, para que así sean.

Las ciudades del mundo están creciendo rápidamente. En la actualidad, el 55 por ciento de la población mundial vive en áreas urbanas, y se espera que esta cifra aumente al 68 por ciento para 2050. Las ciudades ya utilizan casi el 80 por ciento de la energía total producida en el mundo y consumen hasta el 70 por ciento del suministro de alimentos.

Está claro por qué satisfacer las necesidades nutricionales de estas poblaciones urbanas en crecimiento es cada vez más difícil, y este año, la pandemia de covid-19 lo ha hecho aún más difícil. Las ciudades han tenido que afrontar nuevos desafíos, incluido garantizar el acceso a alimentos seguros, nutritivos y asequibles, incluso con movimientos restringidos y mercados cerrados.

Sin embargo, las alteraciones de la norma también crean espacio para oportunidades y transformaciones a largo plazo. La iniciativa Ciudades Verdes de la FAO apoya a los gobiernos locales y nacionales, desarrollando sus capacidades para crear ciudades y sistemas alimentarios sostenibles. El objetivo es fortalecer la resiliencia de los sistemas alimentarios urbanos y promover dietas saludables en al menos 100 ciudades, mejorando los medios de vida y el bienestar de las poblaciones urbanas y periurbanas.

Entonces, ¿cómo podemos fortalecer la resiliencia de los sistemas alimentarios en las ciudades?

1) Utilizar la innovación digital para mejorar las cadenas de suministro de alimentos

La innovación es una fuerza poderosa y los sistemas alimentarios resilientes deben aprovecharla. Esto significa adoptar soluciones digitales, como plataformas en línea para comercio electrónico o servicios de entrega.

En Muscat, Omán, el distanciamiento social debido al covid-19 obligó a innovar su Mercado Central de Pescado. Los proveedores crearon una plataforma en línea para permitir a los pescadores y mayoristas mantener un ingreso incluso cuando los mercados estaban cerrados. Los trabajadores del mercado ahora cargan fotos y detalles de la captura en la plataforma en línea, donde mayoristas, minoristas y restaurantes pueden ver la oferta diaria y realizar sus pedidos a través de una subasta en línea. Los jóvenes empresarios agrícolas de todo el mundo también se han aprovechado creativamente de la innovación digital, cambiando a pedidos en línea, comercializando a través de las redes sociales y aceptando pagos móviles.

La pandemia ha obligado a las personas a reconceptualizar la forma en que dirigen sus negocios, pero estas soluciones digitales más ecológicas pueden ofrecer beneficios a más largo plazo.

La recuperación de la pandemia es la oportunidad de transformar nuestros sistemas alimentarios y ecologizar nuestras ciudades.

2) Garantizar la seguridad alimentaria y la calidad nutricional de las dietas

La nutrición en las ciudades a menudo pasa a un segundo plano frente al ritmo de vida y la comodidad. La obesidad está aumentando en todo el mundo, pero abordarla en nuestras ciudades en crecimiento es crucial. El problema debe abordarse desde múltiples ángulos, incluida la educación nutricional a los consumidores, pero igualmente importante, el desarrollo de la capacidad de las cadenas de suministro para ofrecer alimentos más nutritivos y seguros.

Una ciudad que aborda este desafío de llevar alimentos nutritivos a las ciudades durante la pandemia es Montevideo, Uruguay, donde los ciudadanos y las organizaciones locales han implementado las ollas populares, un modelo tradicional de entrega a domicilio de alimentos, frutas y verduras a menudo directamente de los productores a los consumidores. En otro caso, los agricultores de Perú enviaron alimentos tradicionales y nutritivos a sus seres queridos que vivían en las ciudades más grandes del país. Reforzar estos vínculos entre las zonas rurales y urbanas es importante para que las ciudades sean verdaderamente ecológicas.

3) Reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos

Las ciudades producen la gran mayoría de los desechos globales: de hecho, el 70 por ciento. La pérdida y el desperdicio de alimentos son particularmente preocupantes, ya que implica un desperdicio no solo de una fuente viable de nutrición, sino también de los recursos naturales que se utilizan para producirlos.

Al promover un comportamiento de compra responsable de alimentos, crear formas eficientes de distribuir alimentos y utilizar soluciones innovadoras, podemos reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos.

El municipio de Chía en Colombia, por ejemplo, encontró una solución digital al desperdicio de alimentos durante la pandemia covid-19. Crearon una plataforma en línea para quienes quieran donar alimentos no perecederos, conectando productos con las personas, sin salir de sus hogares.

4) Fortalecer las empresas agroalimentarias

Fortalecer los vínculos con el sector privado a lo largo de las cadenas de valor de los alimentos puede ayudar a crear modelos comerciales sostenibles e impulsar la cooperación, aumentando la resiliencia del sector.

En Milán, el gobierno municipal trabajó con el sector privado y con una organización no gubernamental durante la pandemia para desarrollar un “Sistema de ayuda alimentaria” que asegurara que las personas mayores y vulnerables tuvieran acceso continuo a alimentos frescos durante el cierre. El servicio utilizó el centro logístico del Banco Alimentare della Lombardia y la Cruz Roja Italiana para almacenar alimentos, antes de distribuirlos semanalmente a diez centros locales en Milán. Luego, los voluntarios prepararon paquetes de alimentos para más de cuatro mil 900 familias necesitadas. Estas alianzas se basan en las respectivas fortalezas de varias entidades para producir mejores resultados.

5) Fomentar la inversión en cadenas de valor alimentarias ecológicas

Un buen punto de partida para hacer que nuestros sistemas alimentarios urbanos sean más sostenibles es ecologizar las cadenas de valor alimentarias y fomentar las inversiones relacionadas. Por ejemplo, ofrecer herramientas financieras que incentiven la adopción de prácticas sostenibles, tecnología de eficiencia energética o capacitación sobre prácticas resilientes al clima puede marcar una gran diferencia en la reducción de la huella de carbono del sector agroalimentario, en particular los sistemas alimentarios urbanos.

Algunas ciudades ya han comenzado a invertir en estos cambios transformando sus puertos en “puertos azules”. Esta iniciativa se centra en la conservación de los recursos marinos y el medio ambiente, al mismo tiempo que mejora las condiciones laborales y los medios de vida de quienes dependen del puerto. Vigo, España, es una de las ciudades que ha adoptado e invertido en esta iniciativa. La FAO está trabajando con otros puertos de todo el mundo para promover esta práctica.

En Santiago, Chile, el principal mercado mayorista se ha adaptado a las restricciones de la pandemia y está trabajando para mantener seguros a los comerciantes y compradores.

6) Mejora de la política

La gobernanza y las políticas alimentarias son vitales a todos los niveles, desde el local hasta el internacional. Esta es la razón por la que la Iniciativa Ciudades Verdes de la FAO está trabajando con alcaldes de todo el mundo para fomentar el intercambio de ideas y estrategias y, en última instancia, informar las decisiones políticas. En el evento de lanzamiento el 18 de septiembre de 2020, alcaldes de seis ciudades dieron testimonio de lo que ha funcionado en sus municipios. De esta manera, las ciudades de todo el mundo pueden aprender unas de otras a medida que avanzamos hacia una sociedad globalmente verde.

La pandemia de covid-19 tuvo un efecto enorme en muchas ciudades del mundo y en las personas que viven en ellas. En cuestión de semanas, la disponibilidad, accesibilidad y asequibilidad de los alimentos básicos cambió drásticamente, lo que tuvo un fuerte impacto en la seguridad alimentaria y la nutrición de las poblaciones urbanas. La iniciativa Ciudades Verdes es solo un elemento del programa de respuesta y recuperación covid-19 de la FAO, que ayuda a garantizar que nuestros sistemas alimentarios, en particular los urbanos, sean más fuertes y resistentes a otros impactos. La recuperación de la pandemia es la oportunidad de transformar nuestros sistemas alimentarios y ecologizar nuestras ciudades, reconstruyendo mejor para el futuro.

Comentarios

comentarios

Siguenos!

Países que nos están viendo


Suscribete al Boletin