Agroindustria

Los secretos del buen vino

Con cerca de 5 siglos de experiencia, Casa Madero destina 95 por ciento de su producción vitivinícola (vino se mesa) al mercado externo y sólo 5 por ciento se vende en México, lo cual representa 1 por ciento del mercado nacional de vinos.

Un reto importante para la compañía consiste en incrementar la cultura del vino en el propio país, ya que comparando el consumo, en México éste apenas es de 250 ml per cápita al año, mientras que en Estados Unidos es de 8 litros y en Europa de entre 48 a 50 litros por persona.

Para Casa Madero, la apertura comercial, por una parte, representa un peligro: la llegada de vinos de baja calidad y bajo precio debido a los subsidios de la Unión Europea; por otra, significa tener acceso libre a mercados con tradición vitivinícola, donde el vino es una costumbre diaria.

Los productos de la firma son cada día más aceptados en mercados internacionales. Los principales países que compran el vino de Casa Madero son Alemania e Inglaterra, y en segundo término se encuentran Holanda, Bélgica, Suiza, Luxemburgo, Dinamarca, Suecia, Noruega, Islandia, Estados Unidos, Canadá, Japón, Hong Kong, Singapur, Tailandia, Malasia y Australia.

Según Daniel Milmo, presidente de Casa Madero, el éxito de los vinos de mesa elaborados por la empresa se debe principalmente a la relación de equilibrio que se ha logrado entre calidad y precio. La calidad ha dependido en gran parte del excelente microclima que se goza en Parras, Coahuila, además de la preocupación que la organización ha puesto en cosechar vides que produzcan uvas de buena calidad.

Casa Madero, desde hace muchos años, experimenta con diferentes variedades y diferentes clones de cada especie, hasta que encuentra y selecciona las plantas que se ajustan al clima de la región y que son capaces de producir vinos de calidad.

Otro factor importante consiste en la forma de cultivo (de alta densidad), el cual, a pesar de producir menor cantidad de uvas por planta, es de mejor calidad. El siguiente paso, y otro factor de éxito, consiste en cuidar la maduración de la uva. Es decir, llevarla a la molienda en el momento adecuado.

La vigilancia o monitoreo constante de la uva es muy importante: hay que cuidar los niveles de azúcar o acidez para cosecharlas en el momento adecuado.

Al que madruga, Dios lo ayuda

El equipo y la maquinaria que utiliza Casa Madero en la producción vitivinícola es tecnología de punta, importante también en el logro de obtener un vino de excelente calidad. La utilización de barricas nuevas para el añejamiento de los vinos es otro factor fundamental; en algunos casos se emplea roble blanco de origen francés y los barriles se fabrican en Francia; otros toneles son de roble blanco americano y se construyen en Australia.

La cosecha de la uva se realiza a partir de las 5:45 de la mañana y finaliza a las 10:30 horas, con el propósito de que la uva llegue a la molienda lo más fresca posible. El transporte se debe realizar con mucho cuidado y antes se separa el racimo del grano, el cual pasa a una prensa neumática donde se obtendrá el jugo de la uva.

Los procesos son diferentes si se trata de uva blanca o tinta. En cuanto a la uva blanca, su jugo se enfría a 12 grados centígrados para llevar a cabo la fermentación en tanques de acero inoxidable a temperatura controlada. Este proceso requiere entre 12 y 15 días.

Por su parte, el jugo de uva roja se pasa con todo y su mosto a tanques de fermentación, donde se lleva a cabo el proceso en cerca de 8 días. Una vez concluida la fermentación, el vino llega a barricas donde permanecerá por un periodo de 6 a 20 meses, según el tipo de vino.

Durante los primeros meses de reposo en barrica, el vino tinto debe presentar una fermentación denominada meloláctica, para después ser embotellado y también permanecer un tiempo en añejamiento. El tiempo depende también del tipo de vino.

En la actualidad, Casa Madero cuenta con 420 hectáreas de viña en producción de diferentes variedades y un 70 por ciento de las cuales son variedades tintas. La producción actual de vinos de mesa es de alrededor de 350,000 cajas de 91 litros.

Vino desde la Colonia

Los viñedos San Lorenzo y la empresa vinícola Casa Madero son los más antiguos en el continente americano. Se consideran orgullosos herederos y guardianes de una tradición de viticultura y elaboración de vinos que data desde los primeros días de la Colonia, cuando los conquistadores españoles llegaron al Valle de Parras, al noroeste de México.

Setenta y tres años después de que Hernán Cortés conquistó México, Lorenzo García exploró el norte del país y en medio del desierto llegó a un verdadero oasis con manantiales y con abundancia de viñas nativas, de cuyas uvas se produjo el primer vino americano. García denominó al lugar “Santa María de las Parras”.

Lorenzo García recibió en 1597 la Cédula Real de la Cesión Tierra, la cual le otorgaba derechos para usar el viñedo de Santa María de las Parras y producir vinos y brandys, dando origen a lo que actualmente es Casa Madero.

La empresa cuenta con personal capacitado y experimentados viñadores y enólogos, quienes han podido mezclar 5 siglos de experiencia con lo mejor de los suelos mexicanos, obteniendo productos que son aceptados en todo el mundo, como lo demuestran las medallas de oro, plata y bronce que ha recibido.

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