Agroindustria

México sin capacidad para competir frente a EU

El campo mexicano no tiene la capacidad para competir ante la desgravación en la importación de productos como maíz y frijol, que se dará a partir del 1 de enero de 2008, aseguró, Héctor Carlos Salazar Arriaga, secretario general de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz en México (CNPAMM).

En Estados Unidos los agricultores reciben 125 dólares al año por hectárea y en México recibimos 45; por productor la situación es más dramático, mientras los estadounidenses reciben 21 mil dólares al año, nosotros recibimos 700 dólares.

Por su parte, Víctor Suárez Carrera, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del Campo (ANEC), subrayó que desde ahora «los precios del maíz blanco se están cayendo y no hay compradores».

A partir de enero, abundó, «estaremos viendo una mayor dependencia alimentaria, desorganización e incertidumbre en los mercados agrícolas». Con esta apertura, dijo, sólo se habrán de beneficiar las grandes empresas agroalimentarias como Maseca, Bachoco, Lala y otras.

Suárez Carrera añadió que «el campo mexicano ha sido condenado a desaparecer por el TLCAN y los gobiernos federales. Van a obligar a la mayor parte de la población a emigrar hacia Estados Unidos, y a volver a concentrar las tierras, el agua, los bosques, en unas cuantas manos de empresas nacionales y transnacionales; el campo mexicano no tiene futuro bajo este modelo de tratado.»

El dirigente aseveró que «estamos presionando y lo vamos a seguir haciendo hasta el 31 de diciembre, y si no hay una respuesta, el primero de enero haremos un bloqueo en puertos y fronteras para evitar la entrada de maíz blanco y frijol».

Se perdieron dos millones de empleos en 14 años

Desde que se firmó el TLCAN, comenta Alberto Montoya Martín del Campo, catedrático de la Universidad Iberoamericana (UIA), «se perdieron dos millones de empleos en el campo y, desde luego, esto constituye un gravísimo problema, porque Estados Unidos, lejos de eliminar sus subsidios, los aumentó».

Los datos indican una menor capacidad para producir alimentos. Durante el primer semestre de 2007, las importaciones crecieron 50 por ciento, el éxodo rural bien puede sumar unas 300 mil personas al año y es clara la desaparición de buena parte de los cultivos. Sólo se compite en materia de frutas y hortalizas.

Aunque existen medios para enfrentar el proteccionismo estadounidense, Montoya opina que «los últimos gobiernos decidieron dar más peso al TLCAN que a la propia Constitución. Dejaron de fomentar la actividad económica, ordenada en el artículo 25, así como proteger al productor nacional, estipulado en el 131, todo por el dudoso beneficio de mantener una apertura a la inversión y al comercio mundial».

Fuente: El Financiero

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