La recuperación sistemática de suelos en diferentes distritos de riego del país, donde la escasez del vital líquido ha obligado a usar agua con niveles de salinidad superiores a los permitidos para una agricultura sustentable, requiere de un esfuerzo gigantesco.
En el mundo existen millones de hectáreas afectadas por diferentes grados de salinidad. El uso combinado de métodos mecánicos, hidrotécnicos y químico orgánicos puede ser una posible solución a este grave y creciente fenómeno.
El empleo de mejoradores orgánicos para la recuperación de suelos salinos tiene las siguientes ventajas: bajo costo, leve impacto al medio ambiente, alta solubilidad en agua, bajo nivel de contenido de sales, no requiere de grandes volúmenes de agua para aplicarse, minimiza el tiempo de recuperación y su aplicación es compatible con todos los métodos de riego.
Una de las zonas de nuestro país donde se observa dicho proceso de degradación del suelo es el Valle del Yaqui, Sonora, donde existen casi 20 mil hectáreas (has) afectadas con diferentes grados de salinidad.
De acuerdo con datos reportados por la Comisión de Agua, estatal existen en dicho valle 9,314 has salinosódicas y 2,487 has de suelo sódico, lo cual representa un serio deterioro agroecológico que se traduce en cuantiosas pérdidas económicas.
En el caso del Valle del Yaqui, la empresa Insumos Agrícolas J.R. ha propuesto poner en marcha un programa, conjuntamente con el gobierno estatal, para rescatar 10,400 has de terreno agrícola, que registran bajos niveles de productividad debido a la presencia excesiva de sales y/o sodio.
En una primera etapa se buscaría la recuperación de tres mil has; en una segunda, cuatro mil y 3,400 en una tercera etapa.
Precisamente el programa de recuperación se basa en el uso de mejoradores orgánicos de bajo costo, leve impacto ambiental y eficiencia.
Esquemas de financiamiento
Asimismo, con esquemas de financiamiento para los productores interesados, se pretende corregir el problema en un periodo no mayor a dos años de aplicación de mejoradores orgánicos en los terrenos que no presenten serios problemas de drenaje.
La estrategia de financiamiento para el productor implica el acceso a los apoyos que otorgan los gobiernos federal y estatal, mediante el programa de recuperación de suelos salinos de la alianza para el campo.
También se podrían establecer convenios de financiamiento con un fideicomiso estatal o con la banca de desarrollo reembolsable a la cosecha.
La empresa que impulsa el proyecto considera que para poder sacar adelante el proyecto se requiere de la participación de la Secretaría de Agricultura, la Comisión Nacional del Agua, el gobierno del estado y los productores.
