15 mil campesinas e indígenas del país integrantes del Frente Auténtico del Campo reclamaron una nueva política para el campo, respeto a sus derechos, costumbres y tradiciones
Ciudad de México.— En 34 años María de Lourdes Rivera, indígena wixárica de la sierra del Nayar, no ha visto cambios en su región: “seguimos aislados, poco trabajo y cosechas de temporal aunque hay agua suficiente para riego porque está la presa de Agua Milpa, pero no tenemos permiso para conectar mangueras”.
Hija de jornaleros agrícolas, migrante para, a los 14 años, sostener a cuatro hermanos menores que ella, la ahora dirigente de las mujeres de su comunidad Potrero de la Palmita tiene esperanza en que el gobierno apoye los programas solicitados por las mujeres rurales de Nayarit y del país que, con motivo del Día Internacional de la Mujer se concentraron en el Monumento a la Revolución para iniciar la jornada nacional en defensa de los derechos de las mujeres indígenas y campesinas.
Al igual que ella, 15 mil campesinas e indígenas del país integrantes del Frente Auténtico del Campo (FAC) reclamaron una nueva política para el campo, respeto a sus derechos, costumbres y tradiciones. “Ya no queremos programas asistenciales sino se reivindique nuestro papel en la economía”, dijo Yuri Uribe Montero, en nombre de las mujeres de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas (Coduc) y Movimiento Social por la Tierra (MST), que conforman el FAC.
Para las indígenas de Potrero de la Palmita y comunidades aledañas, comentó Rivera, es importante tener el respaldo para conformar una cooperativa para “vender a buenos precios nuestras artesanías, y que se nos apoye para la siembra de tilapia porque se está acabando y hay más hambre y pobreza”.
A diario damos la batalla en el campo, en el hogar, las escuelas y en las actividades para sobrevivir. Nuestros problemas son severos, a pesar de tener conquistas en el marco jurídico y constitucional, en la vida cotidiana se nos niega lo esencial, abundó Uribe Montero, dirigente del MST en Hidalgo.
“Luchamos por una vida digna, por la producción de nuestros alimentos, por nuestro derecho a trabajar dignamente, por superarnos y capacitarnos y para que nuestra integridad física y moral no sea quebrantada por violadores o criminales”, sostuvo la dirigente. Aspiramos a un cambio profundo de las condiciones actuales en que vivimos, agregaron otras participantes.
Y si bien fueron escuchadas por el jefe del gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, quien les ofreció diseñar un programa de vivienda y salud a las mujeres rurales que habitan en la Ciudad de México, en la Secretaría de Gobernación se les informó que hasta este martes serían atendidas por el subsecretario Luis Miranda, por los titulares de Sedesol, Sagarpa y Sedatu y por el subsecretario de Hacienda, Fernando Galindo. Por lo que pernoctaron fuera de las instalaciones del Palacio de Cobián.
Fuente: La Jornada, imagen
