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Riego de precisión en clima seco

Por: Norma Sánchez-Santillán y Rubén Sánchez-Trejo*

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El propósito del riego es abastecer a los cultivos del agua necesaria para su desarrollo, sobre todo en países como México, donde poco más del 60 por ciento de su territorio tiene un clima árido. El riego de precisión es una técnica que optimiza el uso del agua al evitar su pérdida y mejorar los rendimientos.

Nuestro país cuenta con amplias prácticas agrícolas pese a sus climas secos y semisecos, de modo que utilizar esta opción de riego tendrá un impacto benéfico para los agricultores, mayormente en años con sequías. En este número discutiremos las bondades del riego de precisión y su posible uso en diversas regiones del país.

Agua: requerimiento indispensable en los cultivos

Las plantas cultivadas requieren una cantidad variable de agua de acuerdo a la especie; el agua empleada en el riego puede perderse a través de la evapotranspiración; no obstante, si el método de riego está bien seleccionado y es adecuadamente implementado, en función del clima y tipo de suelo de la zona, las pérdidas hídricas suelen ser bajas.

La mayor parte de los distritos de riego en México se localizan en climas áridos y semiáridos. La evapotranspiración que ocurre en los cultivos varía con la estación climática del año y la suma de la evapotranspiración a lo largo de éste, principalmente en los periodos de crecimiento de la planta, es lo que determina el volumen de agua requerido.

En el caso de los distritos con clima húmedo y subhúmedo, el riego disminuye en función de la precipitación, ya que el periodo de lluvia coincide, generalmente, con el periodo de crecimiento.

Evaporación, transpiración y evapotranspiración

La evaporación del agua hacia la atmósfera se efectúa en: 1) la superficie de cuerpos de agua tales como: mares, lagos, presas y aljibes, sin importar su tamaño; 2) el agua proveniente del suelo, y 3) la vegetación húmeda. La mayor parte del agua que se evapora de la superficie de la planta, es agua que previamente fue absorbida por las raíces y luego transportada hasta las hojas, donde eventualmente escapa hacia la atmósfera a través de los estomas y la cutícula, proceso denominado transpiración.

En un campo de cultivo hay evaporación directa de la superficie del suelo y cuando se vincula con la transpiración de las plantas se denomina evapotranspiración.

El agua y el rendimiento de los cultivos

riesgo-esco03Cuando los factores de crecimiento del cultivo (tipo y fertilidad del suelo, temperatura y brillo solar) no son factores limitantes, excepto la disponibilidad de agua, la evapotranspiración guarda una relación directa con la producción de materia seca; esta relación es diferente para cada especie, en campos con iguales condiciones, la evapotranspiración de la alfalfa es hasta cuatro veces más que el sorgo o dos veces más que el trigo.

Asimismo, la disminución del contenido de humedad del suelo en ciertos periodos de crecimiento, puede causar efectos distintos en la planta, según la época de dicha merma; por ejemplo en el maíz, si la disminución ocurre durante la época de espigamiento, el rendimiento se afecta drásticamente.

Si la merma de agua en la caña de azúcar ocurre al final del periodo de crecimiento, el daño es menor que durante el crecimiento activo. Sin embargo, cuando intencionalmente se provocan ligeros déficit evapotranspirativos en ciertas etapas fenológicas de frutales como manzanos, duraznos y ciruelos, aumenta la calidad de la fruta; igualmente con la intensidad aromática del tabaco, el contenido de aceite de los olivos y la proporción de azúcar en la caña. En el caso del algodón es necesario que después del establecimiento de las bellotas, descienda la evapotranspiración para que la calidad sea mejor.

Lluvia efectiva y requerimiento de riego

No toda la lluvia que precipita es efectiva, parte se pierde por escurrimiento superficial, percolación profunda y evaporación; sólo una porción de una lluvia copiosa alcanza a infiltrarse para almacenarse en la zona radical y, consecuentemente, la efectividad se reduce. Las lluvias ligeras y frecuentes, generalmente son interceptadas por follaje con cobertura completa. Por ejemplo, una lluvia mayor a 8 mm/día puede perderse por evaporación, mientras que una de 25 a 30 mm tiene una efectividad del 60 por ciento.

El requerimiento de riego varía con el tipo de suelo, especie, etapa de desarrollo y condiciones de clima, por lo que es difícil recomendar un programa universal de riego. El riego óptimo es el que proporcione más beneficios, que se traduzcan en mejores rendimientos. Asimismo, los cultivos difieren en su tolerancia para soportar una disminución del contenido de agua en el suelo antes de volverse a irrigar.

Cultivos como el arroz responden favorablemente a riegos frecuentes, mientras que la papa y la mayoría de las hortalizas se agobian si más del 40 o 50 por ciento de la humedad aprovechable se consume antes de que se vuelvan a irrigar, aunque la demanda evapotranspirativa no sea grande.

Cultivos que producen granos pequeños durante la etapa de maduración —como la alfalfa y los frutales, que además tienen la capacidad de desarrollar raíces profundas y ramificadas— prácticamente no reducen su rendimiento si consumen la humedad aprovechable de la profundidad radical.

Calendario de riego

El criterio para calendarizar el riego varía de una situación a otra; en lugares donde el agua es escasa o cara, el riego debe calendarizarse para maximizar la producción del cultivo por unidad de agua aplicada. Donde la tierra cultivable es más escasa que el agua, el riego debe calendarizarse para maximizar la producción por unidad de área sembrada.

Sin embargo, en ciertas situaciones, los calendarios de riego pueden modificarse para estimular la germinación, controlar la temperatura aledaña a las plantas y mantener el nivel del agua subterránea.

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