Biotecnología

Hongo caníbal

Trichoderma harzianum (Th) es uno de los hongos más poderosos que se conocen por su capacidad de microparasitar a otros hongos, es decir, se alimenta de ellos. En términos llanos, podríamos decir que es un caníbal.

Es, entre los microorganismos utilizados en el control biológico, uno de los pocos casos que muestra resultados consistentes en el combate de hongos patógenos. Cuenta con actividades enzimáticas y antibióticas que le confieren poder contra sus antagonistas. Su empleo en el caso de plagas, sobre todo del tipo fúngicas, resulta una herramienta importante, de bajo costo y alta eficacia.

Es un fungicida con un amplio espectro de acción. Es eficaz contra diversos organismos; tanto en el suelo contra pudriciones de raíces como Armillaria, Rhizocto-nia, Pythium, Phitophtora, Fusarium, enfermedades que se presentan en numerosas especies tanto anuales como perennes; o bien, contra enfermedades de órganos aéreos como Botritis o Stereum.

Para su activación requiere materia orgánica, como polisa-cárido. Hay que tomar en cuenta que con una mayor población hay mejor control. Tiene efectos polivalentes, es decir, funciona de varias formas, una es la competencia por los nutrimentos, la segunda es la antibiosis, la tercera el micoparasitismo y la cuarta es la esti-mulación de defensas de la planta.

Se puede combinar con ciertos fungicidas, pero hay algunos que son incompatibles. Se usa en cualquier cultivo como papa, brócoli, tomate o col. En riego funciona bastante bien, pero en temporal es muy difícil aplicarlo, porque a veces escasea el agua.
Este material debe tener condiciones apropiadas para que desa-rrolle el hongo, por ejemplo, si no hay humedad no funciona y los resultados son negativos, por lo que el productor sigue demandando más el control químico, que en el largo plazo es nocivo para su suelo.

Las especies de Trichoderma que frecuentemente se utilizan para el biocontrol, son las especies harzianum y viride, siendo más conocida la primera. Los hongos de este género están presentes en casi todos los suelos agrícolas.

Tips para un biocontrol exitoso

• Contar con una cepa de Th activa y con agresividad suficiente contra los organismos que se desea controlar; así como presentar una persistencia suficiente en el medio en que deba operar.

• El método de aplicación debe ser el adecuado para cada caso de plantas y de patógeno a controlar, cuando el patógeno se encuentra en la raíz, la aplicación en la superficie puede ser lenta en presentar resultados a diferencia de una aplicación directa a la zona afectada. En el caso de las enfermedades de la parte aérea de la planta, el tratamiento debe hacerse en forma preventiva de preferencia, ya que para que el hongo ex-prese su poder de control se requiere un mínimo de tiempo para que las esporas germinen e inicien su crecimiento.

• Es deseable que en los suelos exista una cantidad mínima de materia orgánica. En suelos desprovistos de ella el establecimiento de Th es más lento y de menor eficiencia.
• No existen restricciones para el uso de Th debido a que no hay evidencias de efectos de tipo tóxico en plantas, animales y humanos, por lo tanto su uso queda exento de restricciones de residualidad.

Efectos de Trichoderma harzianum

1) Competencia por nutrimentos. Algunos hongos tienen un comportamiento saprofítico, es decir, se desarrollan sobre sustancias podridas. Al colonizar desechos vegetales producen una infección primaria y gracias a los elementos nutritivos de esos desechos, el patógeno logra contaminar los órganos sanos. Compite y coloniza más rápidamente los desechos vegetales y retarda la instalación de otros hongos.

2) Antibiosis. Los antibióticos volátiles tienen un efecto esencialmente fungistático debilitando al agente patógeno y haciéndolo más sensible a los antibióticos solubles. Th produce numerosos antibióticos como son: la trichodermina, la suzukacilina, la alameticina, la dermadina, la penicilina, los trichotecenos o las trichorzianinas.

3) Micoparasitismo. Manifiesta propiedades parasitarias contra diversos hongos, produciendo alteraciones en las hifas (fibrillas) del parásito. Primero realiza un reconocimiento y adherencia sobre la pared del patógeno; posteriormente promueve la hidrólisis de las hifas y esclerocios del patógeno por medio de las enzimas producidas (xilasas, quitinasas, pectinasas, glucanasas y glucosidasas, entre otras).

4) Estimulación de defensas de la planta. Induce a la planta, por medio de sustancias secretadas por el microorganismo, a producir altos niveles de fitoalexinas, a las cuales son sensibles algunos hongos patógenos. Las fitoalexinas son producidas en forma natural por la planta como respuesta a heridas.

5) Estimulación del crecimiento de la raíz. Se ha observado que en experimentos utilizando plantas de bajo vigor provenientes de semillas sometidas a estrés oxidativo, al ser sometidas a tratamiento con Th, recuperaron su vigor al ser colonizadas por el hongo, revirtiendo los daños por oxidación de los componentes de las membranas celulares de la raíz.

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