CARTA EDITORIAL
Wendy Coss y León
Directora General
Sinergias productivas
P
ara la agricultura, el crecimiento de la población mundial plantea un reto mayúsculo:
incrementar la producción de alimentos mediante esquemas ambiental y económica-
mente sostenibles que hagan más eficiente la gestión de los recursos naturales, al tiempo
que se adecuan a condiciones climáticas cada vez más variables. Sin embargo, el reto
también plantea una oportunidad, especialmente para aquellos países que juegan un pa-
pel protagónico en el mercado mundial de alimentos.
En este sentido, si bien México se ubica entre los primeros países exportadores de ali-
mentos, también enfrenta el desafío de incrementar la productividad en áreas cultivables
cada vez más limitadas, a lo que se agrega la disminución en cantidad y calidad de recur-
sos naturales, como el agua y el suelo.
Los agroparques representan una alternativa para incrementar la competitividad del sec-
tor agropecuario, tanto de unidades empresariales como de unidades económicas rura-
les, que representan 72.6 por ciento de los productores del país.
Por ello, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
(Sagarpa) ha considerado los agroparques como una estrategia complementaria para
elevar la productividad del sector agroalimentario, al ser áreas geográficas delimitadas
que cuentan con las condiciones de infraestructura, de recursos y organizacionales para
generar mayor valor agregado y el aprovechamiento poscosecha de los productos agro-
pecuarios y pesqueros.
Además de los múltiples beneficios de los agroparques a la agroindustria nacional, estos
esquemas productivos son también una herramienta para integrar a las cadenas de valor
a los pequeños y medianos productores. Un aspecto fundamental en la implementación
de agroparques es el impulso a la asociatividad, ya que el problema estructural de produc-
tividad del minifundio es que carece de escala productiva y dificulta la integración de la ca-
dena de valor desde la producción hasta la comercialización. La sinergia —entre produc-
tores y autoridades, principalmente— es pieza clave para incrementar la productividad.
En esta edición, también abordaremos las opciones que el resveratrol aporta a la vitivini-
cultura ante los efectos del cambio climático. Los investigadores Norma Sánchez Santillán
y Rubén Sánchez Trejo explican cómo el inminente cambio climático orillará a la industria
vitivinícola a desplazarse geográficamente para mantener la calidad de la uva, con el con-
secuente costo, nuevas alteraciones ecológicas y posibles efectos en las propiedades
organolépticas de las diferentes especies y cepas de uva.
Sin embargo, dicho problema puede revertirse si a los viñedos se les explota para la
extracción del resveratrol, como producto fenológico residual de la uva, que se produce
cuando la planta se encuentra sometida a un estrés climático.
Como bien apuntan nuestros colaboradores, estamos cosechando los errores del pasado
reciente en el daño que hemos infligido a la salud ecológica del planeta. Sin embargo, la
capacidad de revertir el problema es un reto que hay que enfrentar mediante otro tipo
de sinergia: esta vez, entre la ciencia y la toma de conciencia de los habitantes del orbe.
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