Agroindustria

Captura de carbono, estímulo para la agricultura sostenible

Si bien la agricultura es una importante fuente de emisiones, ofrece posibilidades reales para reducir la contaminación por gases de efecto invernadero

Roma.— Un centenar de expertos de todo el mundo se reunieron la semana pasada para diseñar la estrategia para aprovechar la financiación del carbono como una herramienta de desarrollo agrícola que mejore la calidad de vida los agricultores pobres.

Durante la reunión, celebrada West Lafayette, Indiana, Estados Unidos, del 28 al 30 de octubre, se debatió cómo puede beneficiarse la agricultura de un mercado de captura de carbono cuyo valor ascendió a 12 mil millones de euros en 2007. Este mercado se ha desarrollado bajo el Mecanismo para un Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kyoto, según el cual las industrias en los países desarrollados pueden cumplir con sus obligaciones de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) invirtiendo en proyectos de ahorro de emisiones en el extranjero.

Si bien la agricultura es una importante fuente de emisiones —su contribución a escala mundial es de 30 por ciento, incluyendo los cambios del uso de la tierra y el sector ganadero intensivo— ofrece posibilidades reales para reducir la contaminación por GEI.

“Es una oportunidad beneficiosa para todos”, afirmó Theodor Friedrich, experto de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en intensificación de la producción sostenible. “Tenemos la oportunidad de, al mismo tiempo, ralentizar el cambio climático, ayudar a los agricultores pobres a ganarse mejor la vida y mejorar la salud y productividad del suelo.”

Pero para acceder a la financiación del MDL, los proyectos agrícolas necesitan generar pruebas, medibles científicamente, de cuánto pueden reducir las emisiones de GEI en comparación con la agricultura tradicional. También se necesitaría encontrar la forma de controlar fehacientemente estos resultados y de establecer pagos por la captura de carbono atractivos para los pequeños agricultores.

En los sistemas agrícolas tradicionales, cuando la tierra es labrada y cultivada, el bióxido de carbono (CO2) allí almacenado se libera a la atmósfera, contribuyendo al aumento de los GEI y, con ello, al cambio climático. Sin embargo, los sistemas de producción sostenibles, como la agricultura de conservación, en la que las semillas se introducen directamente en el terreno a través de la cubierta vegetal, son más beneficiosas para el clima.

“En teoría, el empleo de métodos agrícolas como la ausencia de labranza en los cinco mil millones de hectáreas de tierra cultivada que hay en todo el mundo permitiría capturar tres mil millones de toneladas de carbono de la atmósfera cada año y retenerlo durante 30 años”, afirma Friedrich. “Ésta es aproximadamente —añadió— la tasa anual a la que actualmente está aumentando el CO2 producido por el hombre.”

El suelo rico en carbono es más sano y almacena mejor el agua. Esto le hace soportar mejor las temperaturas más elevadas y las menores precipitaciones que se prevén como resultado del cambio climático. También se trata de un suelo más productivo.

Fuente: FAO

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