Hortofruticola

Crean en Yucatán chile habanero más picante

Mérida, Yuc. (México).— Yucatán está listo para encarar la demanda comercial del chile habanero para uso militar, industrial, medicinal y comercial. El Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) está a punto de obtener la autorización nacional para invadir el mercado local con semillas autóctonas de esta variedad en varios colores, y con un picor que quintuplica el nivel promedio en el país.

La investigadora Nancy Santana Buzzi comentó que diez años después de iniciar el estudio sobre el chile habanero, los resultados obtenidos son satisfactorios, ya que han desarrollado una serie de variedades que despertaron el interés del comercio local, nacional e internacional, debido a que los colores y pungencia (grado de picante) permiten potencializar las características del producto.

Precisó que el trabajo de vinculación comercial corresponde a otra área del centro de investigación, pero es satisfactorio saber que los mercados están en espera de que les otorguen la certificación nacional para la producción de semilla almacenada en el banco de germoplasma.

Las simientes que han desarrollado pueden servir en la milicia para el desarrollo de balas que dispersan muchedumbres, por sus efectos irritantes.

El producto también se puede emplear en espray con fines defensivos o de control, en la elaboración de pinturas para que los cascos de los barcos resistan mejor la corrosión, así como en los plásticos aisladores de cables para evitar que roedores y hormigas los carcoman, esto daría mayor seguridad a la cablería subterránea de instalaciones como las de terminales aéreas.

Nancy Santana, investigadora enfocada al desarrollo genético del habanero, admite que en otras partes del estado se han desarrollado semillas y variedades de habanero, pero la diferencia de los resultados del estudio a su cargo es que tienen ocho variedades que han generado con alto picor.

Son semillas autóctonas, dijo, en las cuales se han potencializado sus mejores características genéticas, las cuales pueden ser aprovechadas según el interés del mercado.

Ahora, para cultivar, se proporciona a algunos productores semillas foráneas, “que se obtienen en cualquier parte de México, pero cuando se prueban aquí no reacciona igual, hay una interacción de genotipos; pueden haber sido muy buenas fuera, pero aquí no”.

“La que tenemos es material autóctono, seleccionada durante varios años por su picor. Está por encima de la escala de pungencia establecidos, que es de 200 mil a 300 mil unidades Scoville; el nivel de aquí es de 800 mil a un millón.”

Cautivados por los beneficios para la salud

Como la mayoría del personal que labora en su área, Nancy Santana Buzzy comía diversas variedades de chile, aunque poco habanero; pero desde que comenzaron el desarrollo del banco de germoplasma, ahora lo consumen y son tolerantes a las altas variedades picantes que han desarrollado.

Santana Buzzy, quien es originaria de Cuba, pero lleva varios años viviendo en Yucatán, comentó que en su laboratorio es una de las personas que más tolera las diversas variedades del picante que han desarrollado, incluso el Mayan Kin, como denominan al que ha alcanzado un picor máximo.

Los empleados están convencidos de que el consumo de habanero no sólo enriquece o da más sabor a la comida, sino que aporta elementos benéficos a la salud, a diferencia de otras variedades de chile, que generan algunas reacciones negativas al organismo.

El olor y sabor del habanero, afirman, despiertan el apetito.

De acuerdo con algunas investigaciones, esta variedad de picante posee propiedades curativas de enfermedades como la gastritis y úlceras. Tiene más vitamina C que los cítricos, ayuda a aliviar la artritis y dolores musculares, incluso favorece la disminución del colesterol y previene el cáncer de colon. Por todo ello, Nancy Buzzy dice estar cautivada por el picor fuera de serie de esta variedad de chile, al cual ha estudiado durante más de una década.

Durante la entrevista, el reportero constató, al abrir la puerta del laboratorio en donde trabaja Nancy, el intenso olor del habanero, lo cual ocasionó, incluso, tener una leve sensación de ahogo.

La sensación es semejante a cuando se respira el humo al tostar los chiles, pero en el interior del laboratorio los empleados no manifiestan ningún signo de incomodidad o afectación.

La investigadora confiesa que los empleados quedan impregnados, y recordó que diversos investigadores, cuando acuden a dichas instalaciones, también resienten el intenso olor.

Esta situación es normal hasta cierto punto, porque apenas se cruza la puerta de ese laboratorio se encuentran chiles por doquier, en bolsas que indican la variedad, color y peso; en la mesa donde son diseccionados para extraer las semillas, en el horno donde se secan, en el banco de germoplasma e incluso en un adorno de cerámica con diversas variedades, como recuerdo de su participación en ferias sobre el tema.

Dan a semillas nombres mayas

Mayan Ek, Mayan Kisín, Mayan Chaac y Mayan Kin son algunos nombres de las semillas de chile habanero que se prevé pronto llenen las hectáreas de producción de Yucatán; cada nombre está identificado con la forma, pero principalmente con el color de cada variedad que el CICY ha cultivado.

El Mayan Ek es un chile habanero cuya punta simula una estrella y es de color naranja; el Mayan Kisín debe su nombre al alto grado de pungencia (picor) que tiene, es el más intenso de todos, el Mayan Chaac es rojo, y el Kin, como se denomina al sol maya, amarillo.

El Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán (CICY) tiene solicitudes de sus semillas del extranjero, pero su interés es impulsar primero el mercado local. Incluso, el Indemaya está probando la simiente en unos cultivos en el municipio de Muna.

Todas las variedades fueron registradas (sólo esperan la autorización) con nombres mayas, para que sean mejor conocidas para los productores y que éstos decidan qué variedades desean cultivar, de acuerdo con los mercados a los que quieran vender su producto: fresco, seco, para la industria y la exportación.

Los investigadores de este instituto local consideran que los productores no pueden pensar en una actividad sustentable si continúan explotando comercialmente una sola variedad, por esa razón, las ocho que lograron estarán pronto a la venta.

Mientras continúan con la investigación de híbridos, a partir de esas diversidades que han obtenido, para seguir ampliando los mercados de venta.

Su variedad es tan diversa que incluso tienen chiles color morado, lo que implica que la combinación de varios colores podrá dejar fuera los colorantes —por ejemplo— que se utilizan en la industria de las salsas para darle la pigmentación que quieren a sus productos.

Fuente: sipse.com

Comentarios

comentarios

Siguenos!

Países que nos están viendo


Suscribete al Boletin