Puebla tiene 1,341 hectáreas enfocadas a la cosecha de la planta, las cuales generan 120,000 toneladas de cilantro al año
Puebla, México.— En casi un mes, los productores poblanos de cilantro perdieron 60 millones de pesos a causa del veto de exportación que aplicó la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) el pasado 27 de julio.
El presidente del Consejo Estatal Agropecuario (Ceagro), Francisco Álvarez Laso, advirtió que ello representa un daño irreversible para 700 productores de 21 municipios, además de 40 empresas exportadoras, las cuales al año envían a la Unión Americana alrededor de 90 mil toneladas.
Lamentó que esa situación ya provocó que el cilantro poblano se hiciera de mala fama en el país y lo tuvieran que vender hasta 40 por ciento más barato en mercados.
Los productores, dijo, están preocupados de que ese veto se mantenga hasta el próximo mes, ya que no podrán seguir malbaratando su cosecha.
Insistió que la FDA, con su restricción, sólo busca favorecer a los agricultores de California, donde se siembra el cultivo, para que lo puedan colocar en tiendas de autoservicio.
Puebla tiene mil 341 hectáreas enfocadas a la cosecha de la planta, las cuales generan 120 mil toneladas de cilantro al año. En 2014 fue el mayor productor nacional, seguido de Baja California, Zacatecas, Tlaxcala, Michoacán, Aguascalientes, Sonora, Jalisco e Hidalgo.
El delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Alberto Jiménez Merino, aseveró que no hay pruebas de laboratorio que demuestren que dicho vegetal incumpla con las medidas sanitarias exigidas por autoridades del país vecino del norte.
Comentó que se realizó una reunión con productores y exportadores, a quienes se explicó la situación, y se acordó realizar talleres de capacitación para reanudar la exportación de este vegetal en septiembre.
Recordó que la investigación fue relacionada con el brote de ciclosporiasis, durante los años 2013 y 2014, en el país vecino, después de encontrar heces humanas y papel sanitario en los campos del cultivo.
Fuente: El Economista, imagen
