CIUDAD DE MÉXICO.— El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado prevé que el país podría continuar con “graves problemas estructurales” en el mercado agrícola, si no instrumenta cambios en su política para elevar la productividad y competitividad.
Al citar un estudio de las organizaciones para la Cooperación y el Desarrollo Económico y de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación resaltó que durante la próxima década se esperan aumentos de 40 por ciento en los precios del maíz y de 30 por ciento en los del trigo, “por mencionar algunos”.
Lo anterior se debe a políticas mal diseñadas e incapaces de dar soluciones, lo que ocasiona niveles de productividad y competitividad más bajos respecto a otras naciones.
En el documento denominado Estrategia, el CEESP agregó que para que el campo mexicano aproveche los beneficios derivados del crecimiento del mercado agropecuario mundial, debe hacer cambios para elevar la productividad y competitividad del campo.
Recomendó la introducción de semillas genéticamente modificadas para permitir a los cultivos tener nuevas características de las que puedan obtenerse beneficios tales como la resistencia a plagas, a insectos o a herbicidas; mayor durabilidad, fortaleza, o la incorporación de vitaminas o proteínas no existentes en el cultivo original.
También propuso medidas como el aumento del tamaño de las unidades productivas para disminuir los costos de producción y alcanzar economías de escala, abrir nuevas posibilidades de inversión y acceso al crédito y motivar la especialización, “generando eficiencia en la comercialización y mayor poder de negociación”.
Asimismo, puntualizó que los mercados financieros poco desarrollados son una desventaja en México, ya que limitan la disponibilidad en el otorgamiento de crédito, aumentando el costo del capital para las empresas.
En cuanto a los productores el CEESP, que preside Héctor Rangel Domene, sugirió que deben destinar recursos a la investigación y desarrollo para aumentar el valor agregado de sus productos y diseñar nuevas estrategias de mercado, a fin de acceder a los mercados mundiales.
De igual forma propuso la promoción de los contratos de futuros, pues “son pocas las empresas que tienen experiencia o acceso a contratos de futuro”.
Explicó que este tipo de contratos son una herramienta para mitigar algunos de los riesgos a los que los productores de las economías en desarrollo están expuestos, como las fluctuaciones en los precios o el tipo de cambio, los cuales pueden incrementar sus costos o disminuir sus ganancias.
“Mediante estos instrumentos, los productores pueden transferir parte de estos riesgos a cambio del pago de una prima, lo cual permite a las empresas planear a mayor plazo y con menor incertidumbre”, aseguró.
“Por su naturaleza, los futuros pueden ser un buen indicador de los precios esperados en los próximos meses de distintos bienes, incrementando la información que tienen los agentes económicos para la toma de decisiones”, agregó.
Fuente: Milenio On line
