El uso de sorgo y otros granos para alimentar ganado ayudarán a reducir costos de producción: especialistas
Evitar la inflación a partir del incremento en los precios internacionales del maíz y el desabasto nacional será posible en 2008, afirmó Greta Villaseñor, directora del Consejo Empresarial de la Industria del Maíz y sus Derivados.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) marca que el próximo año podrá entrar maíz de Estados Unidos libre de arancel.
De acuerdo con Jaime Yesaki, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), importamos diez millones de toneladas de maíz amarillo al año, con un costo de 175 dólares por tonelada a marzo de 2008 según el Mercado de Futuros de Chicago.
“No necesariamente tenemos que importar el maíz caro de Estados Unidos. Si el sorgo no está elevado sustituyes el grano amarillo caro”, señaló Greta Villaseñor.
Los agricultores pueden comprar sorgo, cebada y otros granos para alimentar al ganado.
Otra opción para evitar la compra de maíz amarillo caro es utilizar maíz blanco para forraje.
“Nuestro país debe tender a la autosuficiencia en producción de maíz”, apuntó Laura Tamayo, directora de Relaciones Públicas de la comercializadora Cargill. Pero acotó que sustituir el amarillo por el blanco incrementaría los costos de compra para los productores.
Para los estados del golfo de México comprar maíz blanco desde Sinaloa es más caro que importar grano amarillo desde el sureste de Estados Unidos.
Explicó que el precio se determina por la distancia, el costo de fletes, los costos de la energía y los precios futuros del mercado de Chicago.
Más aún el riesgo de importar maíz blanco de Estados Unidos permanece. Este país produce dos millones de toneladas de este grano, informó Laura Tamayo. “Si el mercado del maíz blanco de Estados Unidos tiene un precio más atractivo que los precios de los productores de Sinaloa o del Bajío se va a importar”, afirmó Greta Villaseñor.
Las leyes del mercado impedirán tener certidumbre sobre los precios del maíz, afirmó Jaime Yesaki, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
“Tenemos que acostumbrarnos que los precios suben y bajan. Estamos en un mercado abierto y no sabemos qué va a pasar”, dijo Yesaki.
Nuestro país produce 22 millones de toneladas de maíz blanco, pero sólo ocho millones entran a la cadena comercial, informó Laura Tamayo.
El resto va a la cadena de autoconsumo. Con todo, nuestro país tiene problemas para colocar los excedentes de maíz blanco, afirmó Efraín García Bello, presidente del Consejo Nacional de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (Cnapamm).
Así, propone negociar en las cartas paralelas del TLCAN que Estados Unidos se enfocara a producir maíz amarillo y México el blanco.
En tanto, Laura Tamayo, directora de relaciones públicas de Cargill, prevé que con la liberalización del maíz en el marco del TLCAN el próximo año los precios de los granos de ambos lados de la frontera se homologuen, y aseguró que la apertura es favorable para el consumidor.
En los precios de la tortilla, elaborada con maíz blanco, también habrá inestabilidad, advirtió Greta Villaseñor, pues dependen de los costos del gas y la electricidad.
El gas representa 70 por ciento de los costos de la industria de la masa y la tortilla, mientras que la luz equivale a 30 por ciento.
La Cnapamm aún busca detener que la comercialización del maíz dependa del libre mercado.
A través del documento Maíz, tesoro de México mantiene la propuesta de crear “un mecanismo de administración de cupos con arancel fijo para el maíz blanco” a partir de 2008.
Y busca un acuerdo en la Organización Mundial del Comercio (OMC) para lograr que el maíz blanco de México se considere un “cultivo especial estratégico” y se proteja con ello la seguridad alimentaria.
Otro propósito de la Cnapamm es consolidar la comercialización del maíz a través de la agricultura por contrato, que actualmente sustituye importaciones de maíz amarillo por dos millones de toneladas, según el informe de la organización.
Mediante este esquema, los productores de maíz venden el grano a los precios del mercado de futuro de la Bolsa de Chicago con la garantía anticipada de vender sus cosechas.
El Universal
