Biotecnología

Cultivos transgénicos: inocuos y de bajo riesgo

Evidencias que sustentan la inocuidad y bajo riesgo
Existe numerosa evidencia científica en la que se sustentan la inocuidad de los transgénicos comercializados y las razones para considerarlos una alternativa más natural y de menor impacto. Información generada en todo el mundo, aporta elementos relevantes para la evaluación de los transgénicos por utilizar.

Al respecto, el Comité de Biotecnología de la Academia Mexicana de las Ciencias refiere que la teoría de la evolución de Darwin señala que todos los seres vivos derivan de un precursor común, idea consolidada a partir de la secuenciación de los genomas que demuestra que compartimos material genético con todos los organismos.

Así, el genoma humano es similar en 98 por ciento al del chimpancé, 90 por ciento al del ratón, 40 por ciento al de la mosca, 30 por ciento al de las plantas y 20 por ciento al de la levadura. También compartimos genes bacterianos incluyendo los localizados en las mitocondrias de nuestras células.

El material genético ADN tiene la misma estructura general en todos los seres vivos y eso hace posible transferir e incorporar genes de un organismo a otro. La célula viva reconoce el material genético de otro origen que adquiere por diferentes vías (infección o transferencia horizontal), y en muchos casos lo incorpora y lo replica como propio.

La transferencia horizontal de material genético es un fenómeno que ocurre en todas las especies y los virus son los principales responsables de este fenómeno. Este tipo de transferencia permite que ADN de una especie se transfiera a otra. Diariamente se acumulan datos que indican que este tipo de fenómeno ha jugado un papel importante, conjuntamente con otros mecanismos, en la evolución de las especies y en la estructura y reorganización de los genomas.

El fenómeno de la transferencia horizontal de material genético es permanente a escala microbiana donde las bacterias reciben e incorporan material gracias al llamado “fenómeno de transformación”, el cual proviene de cualquier origen de los diferentes organismos que habitan el suelo. Se sabe que la bacteria S. pneumoniae al ser sometida a tratamiento con antibióticos sufre un estrés, que a su vez induce un incremento en su capacidad de transformación por ADN. Probablemente a través de ello, incrementa su poder para adquirir genes de otros organismos para contender con los antibióticos que producen otros microorganismos.

Existen organismos que tienen mecanismos que incrementan su capacidad de transformación por ADN, lo cual significa que la transformación con ADN lineal es un fenómeno activo y no sólo pasivo. Se ha demostrado que existe transferencia horizontal de material genético de microorganismos a plantas como el caso de la bacteria Agrobacterium tumefaciens y el tabaco.

De hecho el genoma de organismos superiores ha evolucionado incrementando parte de su material genético a través de infecciones virales y probablemente de genes provenientes de microorganismos que hayan infectado a nuestros antepasados, incorporándose así parte del material genético del organismo que infecta en el genoma de las células receptoras.

Es clara la información que sustenta la incorporación del material genético en etapas tempranas durante la evolución de las células de los animales y plantas, a través de la infección por precursores de los actuales organelos celulares, que son similares a las bacterias, como pareciera ser el caso de la mitocondria (organelo celular responsable de la síntesis de energía biológica como ATP) o del cloroplasto (responsable de la síntesis de clorofila en las plantas).

Estos organelos cuentan con material genético propio circular, como los cromosomas de las bacterias, además de contar con ribosomas en los que llevan a cabo la síntesis de proteínas, que son más parecidos a los de las bacterias.

Es posible que los precursores de estos organelos se hayan incorporado a los precursores de las células superiores a través de una infección y luego por medio de una asociación permanente, por representar ventajas para ambos organismos originales. Además, en el caso de las plantas los cromosomas vegetales contienen un gran número de genes provenientes de las bacterias fotosintéticas que dieron origen a los cloroplastos durante la evolución. Lo anterior quedó verificado de manera contundente con la secuenciación de los genomas de Arabidopsis y el arroz.

En el genoma de todos los organismos hay material genético repetido, de origen bacteriano, llamado “transposones” que representa al menos 30 por ciento del genoma humano. En el maíz se estima que los transposones constituyen 70 por ciento de su genoma. Los transposones son secuencias de DNA que translocan su posición en el genoma, es decir “brincan” de un lugar a otro, incluso entre cromosomas, por lo que desempeñan un papel importante en la reorganización y evolución del genoma. En el maíz, los granos de colores diferentes en una mazorca son resultado de este tipo de fenómeno que ocurre en un mismo individuo.

En este mismo sentido de la reorganización del genoma, hay evidencia de que en organismos genética y fisiológicamente cercanos, como los tripanosomas (parásitos importantes de organismos superiores) ha habido una gran reorganización de los genes y los cromosomas. En estos organismos, los cromosomas se reorganizan, cambiando el número, tamaño y la posición de los genes. Se modifica el número de cromosomas, pero se mantienen la mayor parte de los genes en diferentes posiciones.

La secuenciación del genoma de Arabidopsis, una pequeña hierba que se usa como sistema modelo para el estudio de las plantas superiores, mostró que durante su evolución ocurrió una duplicación completa de su genoma seguido por la pérdida y duplicación de genes, como la presencia de fragmentos del genoma del cloroplasto en el núcleo.
Esta evidencia indica que los genomas de las plantas son altamente dinámicos y que se modifican continuamente. Ejemplos en otros organismos indican la capacidad de reorganización del genoma de la célula viva, sin detrimento de su capacidad funcional como ser vivo.

Otro tipo de material repetido en nuestro genoma, es el “retroviral” (el retrovirus es un tipo de virus que tiene su genoma de ARN) el cual parece que se estabilizó en nuestro genoma y en el de nuestros precursores biológicos, mediante mecanismos de infección y posterior incorporación del genoma viral al nuestro o al de nuestros predecesores. Éste es otro tipo de transferencia horizontal que influye en la dinámica y reorganización del genoma.

Cuando se construye un transgénico se incorpora, a través del fenómeno de transferencia horizontal, el material genético específico (transgene) en algún cromosoma celular. Si en este evento, que es de facto una reorganización del genoma, se afectara una función del cromosoma que resulta vital, ese transgénico en particular no sobrevive.

Sin embargo, lo mismo sucede por la infección de un retrovirus, como el sida o por un transposón que cambia su posición y que inserta su material genético en un locus esencial y que por ello, la célula receptora no sobreviva. Esto no es un fenómeno que pudiera ocurrir sólo por el uso de genes aislados e incorporados por ingeniería genética (transgenes), sino que podría ser causado también por una infección viral o por transposiciones de ADN como las que ocurren frecuentemente en el maíz.

Esto podría causar la muerte del individuo receptor, pero no una catástrofe ecológica. Luego, la incorporación y reorganización de material genético en un genoma es un proceso natural que ocurre en la naturaleza, independientemente de los transgénicos.

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