Biotecnología

Cultivos transgénicos: inocuos y de bajo riesgo

Por: MC Carlos Mallén Rivera*
Foto: Archivo

El estudio “Por un uso responsable de los organismos genéticamente modificados”, elaborado por el Comité de Biotecnología de la Academia Mexicana de Ciencias, fue creado con el propósito de señalar, por un lado, el impacto que han tenido los organismos genéticamente modificados (OGM) o transgénicos, en diferentes sectores para coadyuvar en la solución de diversos problemas.

Este documento, comentado por el doctor Francisco Bolívar Zapata durante el Foro de Consulta sobre Ingeniería de Organismos Genéticamente Mejorados, organizado en mayo pasado por la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, presenta un conjunto de evidencias sustentadas científicamente que señalan su inocuidad y bajo riesgo.

Además, prescribe las recomendaciones para su uso responsable, que en México está normado por el Protocolo de Cartagena y la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados.

Biotecnología y organismos genéticamente modificados
Desde 1981, los transgénicos han sido empleados para originar proteínas idénticas a las humanas. Actualmente, existen medicamentos de origen transgénico o recombinante como la insulina, hormonas de crecimiento, interferones y anticoagulantes, anticuerpos humanizados. Sin estos transgénicos sería imposible producir las cantidades requeridas por el mercado, ya que a partir de tejidos y fluidos como la sangre, sólo se obtienen escasas cantidades. Así, los transgénicos que reproducen estas proteínas “humanas”, no pueden ser sustituidos con ninguna otra tecnología.

En la industria de alimentos, los OGM han sido aplicados mediante la utilización la quimosina recombinante en la producción de quesos; otras enzimas, como las amilasas, son utilizadas en la producción de jarabe; las pectinasas para la clarificación de jugos; las glucosa oxidasas y catalasas para la deshidratación de huevo; lipasas para la fabricación de aceites de pescado; glucosa isomerasas para jarabes fructosado o glucanasas en producción de cerveza. Asimismo, las proteasas recombinantes son utilizadas en la elaboración de detergentes biodegradables.

Las plantas transgénicas se comercializan desde 1996 sin efecto nocivo a la salud humana o animal ni a la biodiversidad. Por el contrario, reducen el uso de pesticidas, lo que se traduce en un menor impacto ambiental, a diferencia de la aplicación de productos químicos, algunos con efectos carcinogénicos. El maíz y la soya transgénicos se consumen en muchos países y es cada vez mayor el número de hectáreas que se cultivan con plantas transgénicas.

La pérdida de productividad agrícola, el deterioro de los suelos, la escasez de agua, el agotamiento de las fuentes de energía, el calentamiento global, el surgimiento de nuevas plagas y enfermedades son calamidades ante las cuales la biotecnología representa una herramienta poderosa que plantea escenarios diferentes. Organismos con nuevas propiedades contenderán con éstos y otros problemas, por lo que bloquear la biotecnología negaría a cualquier nación la oportunidad para corregir el rumbo.

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