Los cultivos del siglo XXI deben de tener un potencial extra para su resistencia a patógenos y plagas, herbicidas y estreses abióticos, y al mismo tiempo contener mayor calidad nutricional, señaló Víctor Manuel Villalobos Arámbula, coordinador de Asuntos Internacionales de la Sagarpa
GUADALAJARA, JAL. (MÉXICO).— Ante riesgos como el cambio climático, la degradación ambiental, mayor competencia por la tierra y el agua, así como altos costos de la energía habrá que poner atención en la biotecnología y su contribución a la seguridad alimentaria, afirmó Víctor Manuel Villalobos Arámbula, coordinador de Asuntos Internacionales de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Durante su participación en el Foro Internacional Agroalimentario Jalisco 2009, organizado por el Consejo Agropecuario de esa entidad, el funcionario señaló que los cultivos del siglo XXI deben tener un potencial extra para su resistencia a patógenos y plagas, herbicidas y estrés abiótico, y al mismo tiempo contener mayor calidad nutricional.
Electo recientemente como director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), recordó que a la fecha 25 países han adoptado cultivos biotecnológicos, cuyas ventajas a escala mundial, explicó, se traducen en mejor productividad y mayores ingresos para los productores; protección a la biodiversidad al duplicar la producción de cosechas en la misma área; efecto ambiental, reduciendo la necesidad de insumos externos, y beneficios sociales contribuyendo a la reducción de la pobreza.
Sin embargo, resaltó que la liberación al medio ambiente de organismos genéticamente modificados (OGM) representa un reto para nuestro país porque se debe garantizar la aplicación de medidas de bioseguridad que reduzcan riesgos al ecosistema, catalogado como centro de domesticación de una variedad de especies cultivables.
“Sólo haciendo un uso apropiado de las herramientas biotecnológicas se estará en mejor condición de afrontar los nuevos retos en materia alimentaria; México no puede quedarse fuera de los beneficios de esta tecnología para la agricultura, pues cuenta con los recursos humanos, materiales, así como los instrumentos normativos que le permitan beneficiarse de estas herramientas”, subrayó.
Al respecto, los integrantes del Consejo Nacional Agropecuario de Jalisco respaldaron las acciones que ha emprendido el gobierno mexicano para fomentar el uso de biotecnología agrícola, como la siembra experimental de maíz transgénico.
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