Biotecnología

Pharming: vacunas podrían administrarse comiendo tomates

La hora de administrar vacunas mediante pinchazos puede estar llegando a su fin, ya que el futuro está en las “vacunas comestibles”, administradas fundamentalmente a través de hortalizas como el tomate

España.─ Con los últimos trabajos de los investigadores, las molestias de los “pinchazos” a la hora de administrar las vacunas puede estar llegando a su fin, ya que el futuro está en las “vacunas comestibles”, administradas fundamentalmente a través de hortalizas como el tomate.

Para fabricar vacunas comestibles, los científicos emplean una técnica conocida como molecular pharming. Este término alude a un juego de palabras entre farming (cultivar en granja) y pharmacy (farmacia).

El molecular pharming no sólo permitiría la producción de vacunas comestibles muy interesantes para la salud humana, sino que también se puede ayudar en la prevención de la propagación de enfermedades, poniendo coto a su difusión mediante animales como las ratas o los murciélagos. Esto sería posible instalando comederos habilitados con ciertas vacunas comestibles, para así inmunizar a estos animales y frenar, por ejemplo, enfermedades como la rabia.

Producción

La producción de vacunas comestibles ha de hacerse mediante plantas transgénicas, como puede ser el caso del tomate. Para ello, se ha de introducir mediante técnicas de ingeniería genética el antígeno que luego provocará la inmunización de las personas o animales que queramos vacunar.

Según el informe sobre vacunas comestibles, la producción de antígenos en plantas transgénicas ya había permitido la fabricación de vacunas contra el rotavirus, la hepatitis B o el VIH.

En España, investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas del CSIC de Valencia han desarrollado tomates azules, en los que podrían introducirse antígenos para que fueran usados como vacunas. La razón del color azul es su diferenciación para que no llegaran a entrar en la cadena alimentaria.

Un trabajo similar, esta vez mediante el uso de papa transgénica, tuvo lugar en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina. Allí lograron producir plantas transgénicas de papa, que contenían en su ADN la información que codifica para proteínas que provocan la respuesta inmune contra el virus de la enfermedad de Newcastle (NDV).

Fuente: hortoinfo.es

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