Gobiernos y sociedad civil refuerzan su apoyo a los pobladores de las montañas frente al cambio climático, el hambre y la migración
Cerca de 60 países y más de 200 organizaciones de la sociedad civil se comprometieron en el Día Internacional de las Montañas, a fortalecer la resiliencia de los pobladores de las montañas y sus entornos frente al auge del cambio climático, el hambre y la migración, y a garantizar que el desarrollo sostenible de las montañas se incluya en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Los miembros de la Alianza para las Montañas, una asociación fundada en 2002 por Italia, Suiza, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con más de 300 integrantes de gobiernos, organismos intergubernamentales, la sociedad civil y el sector privado, aseguraron que, antes de 2030:
• Los gobiernos examinarán y actualizarán sus políticas de desarrollo para integrar estrategias apropiadas para el desarrollo sostenible de las montañas y la conservación de sus ecosistemas;
• Los gobiernos, organizaciones intergubernamentales y donantes revisarán y actualizarán sus políticas internacionales de cooperación para el desarrollo, a fin de que el desarrollo sostenible de las montañas y la conservación de sus ecosistemas sean parte integral de estas políticas;
• Concienciarán sobre la importancia del desarrollo sostenible de las montañas y la conservación de los ecosistemas montañosos en todos los foros internacionales pertinentes.
Los mil millones de personas que habitan en las montañas —cerca del 13 por ciento de la población mundial—, se ven cada día más afectados por el cambio climático y las catástrofes de origen climatológico. A menudo están aislados geográficamente y viven marginados de los ámbitos político y económico en sus propios países, lo que les hace más propensos al hambre y la pobreza.
La FAO presentó la publicación Gestión de cuencas hidrográficas en acción, en reconocimiento del papel fundamental que desempeñan las cuencas hidrográficas de montaña bien gestionadas para el suministro de agua dulce a la humanidad y la reducción del riesgo de desastres naturales para las comunidades que viven aguas abajo.
La publicación presenta lecciones aprendidas y recomendaciones basadas en un examen comparativo de 12 proyectos respaldados por la FAO en los que se ensayaron —durante la última década— nuevas estrategias de gestión de cuencas en la República Popular Democrática de Corea, Ecuador, Gambia, Guatemala, Kirguistán, Mauritania, Marruecos, Pakistán, Tayikistán, Turquía, Tanzania y Zambia.
