En 2017, la producción nacional creció 38.8 por ciento respecto a lo obtenido el año previo
El esmedregal es un pez largo y afinado de color marrón oscuro en el dorso y plateado en el vientre, perteneciente a la familia “Rachycentridae”. Es conocido comúnmente como “cobia” “bonito negro” o “pejepalo”, dependiendo de la región donde se capture.
Su nombre científico es Rachycentron canadum, el cual deriva de dos palabras griegas: rachis (columna vertebral) y kentron (punta aguda), refiriéndose a las espinas dorsales agudas que se encuentran en una de sus aletas (estas pueden ser entre siete y nueve).
Habita en todos los mares tropicales, excepto en la zona oriental del océano Pacífico. Llegan al noroeste del Golfo de México durante la primavera y pueden capturarse a principios del otoño.
Esta especie requiere de aguas con temperaturas entre 16 y 30 °C para poder subsistir. En estas condiciones, puede vivir hasta 15 años, y alcanzar un peso aproximado de 68 kilogramos. Se alimenta de crustáceos y peces pequeños, como lisas, pargos, corvinas y arenques.
Su carne es suave, deliciosa y nutritiva, con gran porcentaje de proteínas y ácidos grasos. Se comercializa fresco, y solo en ocasiones lo podemos adquirir seco y salado. Para su consumo, se puede preparar asado, a la plancha, frito o en escabeche y en platillos especiales, como sashimi y sushi.
De acuerdo con datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) proporcionados por la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), al cierre de 2017, la producción nacional de peso vivo de esmedregal fue de 2.9 mil toneladas. Las entidades que más contribuyeron fueron Veracruz, con 1.3 mil toneladas, y Tabasco, con 671 toneladas.
