Pecuario y Pesquero

Promueven acuacultura como opción de autoempleo

La acuacultura es una actividad que data de siglos atrás y que la Sagarpa busca potenciar en el estado

pr-acuaculQuerétaro, México.— La autosustentabilidad es un fenómeno cada vez más creciente en sus diferentes ámbitos, sin embargo, en Querétaro esta opción ya registra un incremento considerable cuando se habla de autoempleo; principalmente de granjas de peces, que destinan su producto exclusivamente al consumo humano.

Para hablar al respecto con el periódico AM de Querétaro, los hermanos Feregrino accedieron a narrar su historia, que parte de “no haber tenido ni una pecera”, hasta tener ahora seis estanques de 80 mil litros de capacidad cada uno y vender casi una tonelada mensual de pescado tilapia, lo que representa una de las principales fuentes de ingreso económico para su hogar.

David Feregrino, oriundo del municipio de San Juan del Río, contó que fue hace cerca de un año cuando empezó esta experiencia; luego de haber acudido por accidente a una charla de capacitación que impartió la delegación queretana de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), en donde se les explicó en qué consiste la acuacultura, y la manera en que se puede hacer negocio con base en ella.

Agregó que luego de haberse interesado, gestionó en la referida delegación federal el apoyo para iniciar su propia granja de peces, que luego de ser aprobado, impulsó con ayuda de su hermano y de su padre; y que hoy comienza a tener éxito.

“Empezamos porque fui a una plática con mi papá, mi papá tiene en engorda unos animalitos y por parte de la ganadera, ese día nos tocó que nos dieron una plática de pescados; me platicaron de la conversación del pescado. Me nació el interés de empezar con un proyecto como estos y tuvimos la oportunidad de que nos acercamos a oficinas y nos comentaron que se podía acceder por medio de proyectos, metimos nuestra solicitud, salimos aprobados y ya”, indicó el joven de 24 años de edad.

Agregó que ésta ha sido una experiencia con altibajos, que para llegar hasta donde se encuentran hoy, tuvieron que soportar pérdidas de pescado y, con ello, afectaciones económicas.

“En la casa no teníamos ni pecera, entonces pues no sabíamos nada de esto; los primeros días le batallamos, de hecho los primeros cinco o seis meses tuvimos mucha mortandad, pero ya de unos tres meses para acá ya hemos logrado controlar esa situación; y gracias a Dios ya estamos vendiendo casi una tonelada por mes, y todo es por puro menudeo, donde vienen las señoras y se llevan uno o dos pescados para comer con sus familias”, detalló el joven productor.

Fuente: AM Querétaro, imagen

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