Un proyecto federal para combatir la hambruna apenas cubrió 10.1% de la población objetivo. Sagarpa no acreditó el éxito de su programa
Ciudad de México.─ La Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó insuficiencias en la cobertura y los resultados del Programa Especial de Seguridad Alimentaria (PESA) en 2010, instrumento que fue diseñado para combatir la desnutrición y hambruna en zonas de alta marginación del país.
En su Informe del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2010, el organismo señala que el programa alimentario atendió a 185 mil personas, lo que representa 10.1 por ciento de los 1.8 millones de habitantes considerados como población objetivo, y apenas 1.1 por ciento de los 17 millones de mexicanos que no tienen para comprar la canasta básica.
“Se dejaron de atender a un millón 649 mil habitantes de comunidades de alta y muy alta marginación, respecto a la población objetivo, y a 16 millones 876 mil 900 personas respecto a la población potencial”, sentencia la ASF en el análisis de 2010, año previo a la peor sequía que ha padecido México en los últimos 70 años y que ha ocasionado pérdida de cosechas, muerte de miles de cabezas de ganado y escasez de alimentos en los estados del norte.
El informe añade que “en ese año se erogaron mil 346 millones de pesos para las acciones del PESA, sin que la Sagarpa (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación) acreditara en qué medida mejoró la situación alimentaria, el desarrollo de capacidades y el ingreso de los 185 mil 300 productores beneficiarios”.
Actualmente, el país padece la peor escasez de lluvia desde los años cuarenta. Estados como Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí experimentan sequías excepcionales, lo que ha puesto a su población en peligro de hambruna. El gobierno federal ha destinado 34 mil millones de pesos para llevar agua y alimento a las comunidades más afectadas.
Sin embargo, ninguno de dichos estados figuró en la lista de prioridades del PESA en 2010, año previo a la crisis alimentaria, pues sólo operó en Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Oaxaca, Michoacán, Puebla y Veracruz.
“Se verificó que la Sagarpa no cuantifica a la población potencial del PESA, que debería ser el total de los productores que habitan en las localidades de alta y muy alta marginación”, refiere el reporte. Tras señalar que en 31 entidades federativas habita población con dicho grado de pobreza, la ASF establece que el programa sólo tuvo presencia en 25.8 por ciento del territorio nacional y en 30.8 por ciento respecto de las 26 entidades consideradas como campo de acción por la dependencia.
“Las aclaraciones realizadas por la dependencia (Sagarpa) son insuficientes, porque no acreditó que con la operación del PESA se mejoró la seguridad alimentaria, el desarrollo de capacidades y el ingreso de las familias beneficiarias, por lo que no fue posible verificar el cumplimiento de su objetivo”, concluye el órgano fiscalizador.
Contra la pobreza
En 2002 el gobierno de México decidió, por medio de la Sagarpa, diseñar un programa de combate a la pobreza y aumento de la seguridad alimentaria en microrregiones.
Esta resolución fue como resultado de la Declaración de Roma sobre la seguridad alimentaria mundial, firmada en 1996, y del Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación.
En ambos documentos se establece que el objetivo es lograr la seguridad alimentaria a escala individual, familiar, nacional, regional y mundial.
En ese año, en el país existían 3.7 millones de unidades de producción, de las cuales 7 por ciento estaban tecnificadas, 41 por ciento se encontraba en transición y el restante 52 por ciento era de autoconsumo.
En 2003, la Sagarpa crea el Programa Especial de Seguridad Alimentaria (PESA) con el propósito de contribuir al desarrollo de capacidades de las familias que se encuentran en comunidades de alta y muy alta marginación.
Fuente: Excélsior
