Política Agropecuaria

Países BRICS con el poder de erradicar hambre y pobreza en 2030

Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica tienen sistemas avanzados de investigación agrícola

Mientras corre el tiempo para cumplir los objetivos mundiales de erradicar el hambre y la pobreza en 2030, los ministerios de Agricultura de cinco de las economías emergentes más importantes del mundo están bien posicionados para asumir un papel de liderazgo en la consecución de estas metas, aseguró hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Los cinco países, conocidos colectivamente como “BRICS” (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), constituyen un importante bloque económico. Representan más del 40 por ciento de la población mundial y más del 20 por ciento del PIB mundial. En conjunto, producen más de un tercio de la producción global de cereales. El año pasado, Rusia se convirtió en el mayor exportador de trigo del planeta.

“Los países BRICS juegan un papel político importante en el escenario internacional. Los países en desarrollo de todo el mundo consideran sus éxitos en el desarrollo económico de las últimas décadas como un ejemplo a seguir”, aseguró Kundhavi Kadiresan, directora general adjunta de la FAO y su representante regional para Asia y el Pacífico, al intervenir en la séptima Reunión de Ministros de Agricultura de los BRICS que tuvo lugar en Nanjing, China.

Kadiresan señaló que, a pesar de las tendencias hacia una creciente urbanización, la pobreza en el mundo de hoy es básicamente rural. Como resultado, la aceleración del desarrollo rural será clave para lograr alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

“La pregunta es: ¿cómo podemos lograrlo? Nuestra experiencia en países de diferentes partes del mundo ha demostrado que se puede hacer mejor a través de una combinación de crecimiento agrícola y protección social selectiva, pero también a través del crecimiento en la economía rural no agrícola”, señaló Kadiresan. “La agricultura —añadió— puede ser un motor de crecimiento rural sostenido e inclusivo. En los países de bajos ingresos, el crecimiento procedente de la agricultura es doblemente más eficaz para reducir la pobreza que el derivado de otros sectores de la economía.”

Los participantes en la reunión escucharon que el comercio internacional también puede servir como un instrumento eficaz para promover la seguridad alimentaria y ser una herramienta de adaptación al cambio climático. Cuando se produce una mala cosecha las importaciones oportunas pueden ayudar a reequilibrar la economía alimentaria doméstica. A este respecto, el Sistema de Información de Mercados Agrícolas (AMIS) —una iniciativa del G20 liderada por la FAO—, contribuye de forma importante a garantizar el buen funcionamiento y transparencia de los mercados mundiales de alimentos.

Kadiresan valoró positivamente la iniciativa de la nueva Ruta de la Seda promovida por China (denominada en inglés One Belt. One Road [OBOR]) que, según dijo, supondrá una gran oportunidad para la cooperación Sur-Sur entre todos los países involucrados. Paralelamente, reconoció la función de liderazgo del gobierno chino en el apoyo al programa de cooperación Sur-Sur y triangular de la FAO.

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