Política Agropecuaria

Trabaja México por una agricultura sostenible en el largo plazo

  • El titular de la Sader sostuvo que la agricultura no es responsable de muchos de los impactos en el ambiente pero puede reducir las emisiones

2000Agro/Redacción

Por medio de políticas públicas y acciones para fortalecer sus suelos agropecuarios y aprovechar de manera sustentable el agua, México está construyendo resiliencia para mantener una agricultura sostenible en el largo plazo, afirmó el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Villalobos Arámbula.

Al participar en los diálogos con la organización Food Tank, en coordinación con el Consejo de Negocios para el Entendimiento Internacional (BCIU), en el marco de la 28 Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28), que se celebra en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, el funcionario mexicano habló de los desafíos que enfrenta el sector primario ante fenómenos climatológicos recurrentes, como las sequías.

Explicó que, aunado a la disminución de la disponibilidad de agua para la agricultura, la mayoría de los suelos agropecuarios son muy pobres en materia orgánica.

Expuso que la incorporación de residuos de la cosecha en el suelo no solo lo hará más fértil, sino que también le proporcionará la capacidad de retener humedad y facilitará el desarrollo de microorganismos que mejoran la digestión y la absorción de minerales y materia orgánica.

El titular de Agricultura comentó que el Gobierno de México ha brindado capacitación sobre este tema a los productores del país y, actualmente, más de 100 000 agricultores ya están involucrados en la implementación de estas prácticas que, eventualmente, aumentarán la productividad, a pesar de la falta de agua.

Detalló que, además, se implementó un programa que proporciona fertilizantes gratuitos para los agricultores de pequeña escala, el cual ha permitido elevar la productividad de sus cosechas, por lo que ahora pueden satisfacer sus necesidades y, en algunos casos, vender sus productos a los mercados locales.

Este programa, llamado Fertilizantes para el Bienestar, que este año tiene cobertura nacional en favor de dos millones de productores, ha permitido aumentar la producción de maíz y frijol en alrededor de seis millones de toneladas el año pasado.

Destacó la importancia del programa, pues, a pesar del conflicto en Europa del Este que duplicó el costo de los insumos, se proporcionó en tiempo y forma el fertilizante a los productores nacionales, en especial los de pequeña escala, que ahora son autosuficientes en gran medida.

Villalobos Arámbula sostuvo que ante los factores que afectan la producción de cereales y granos se necesitarán soluciones a corto y largo plazo, pero con algunas técnicas simples y un uso adecuado de diversas herramientas se puede avanzar en la solución del problema.

Expresó su confianza en que la agricultura se involucre de manera más activa. Si hablamos de medioambiente, cambio climático, emisiones de dióxido de carbono (CO2) o calentamiento global, la agricultura debería estar más involucrada, agregó.

Sostuvo que la agricultura no es responsable de muchos de los impactos en el ambiente y, de hecho, puede desempeñar un papel importante para reducir emisiones mediante prácticas técnicas disponibles. La gestión adecuada del suelo, por ejemplo, puede ayudar a secuestrar CO2 y reducir emisiones, anotó.

Fotografía: Sader

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