A 22 años de haberse aprobado la reforma que abre la posibilidad de privatizar la tierra, a la fecha sólo 0.3 por ciento de los campesinos optó por esta figura, afirmó el secretario general de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, Álvaro López Ríos
Redacción 2000 Agro
México.─ La privatización del ejido, considerada dentro de la reforma al campo propuesta por el Ejecutivo federal, no es la solución a la grave problemática del agro nacional, ya que a 22 años de haberse aprobado la reforma que abre la posibilidad de privatizar la tierra, a la fecha sólo 0.3 por ciento de los campesinos optó por esta figura, afirmó el secretario general de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), Álvaro López Ríos.
En opinión del dirigente del UNTA, la privatización de la tierra “no se conseguirá fácilmente”, porque “los dueños de la tierra comunal y ejidal quieren su ejido, quieren su comunidad y no importa cuánto (las autoridades) abran el marco jurídico, si es que lo pueden hacer”.
Luego de encabezar una movilización de cientos de campesinos a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) para exigir la solución de 300 conflictos agrarios, señaló que las organizaciones priistas que “avalan” la privatización del ejido, traicionan a los campesinos.
Por ello, pidió a las organizaciones agrarias no presentar sus propuestas ante los congresos locales y federal de cara a la reforma del campo, pues aseguró que los legislativos “se han convertido en una especie de pandillas al servicio del presidente en turno”, porque “actúan mecánicamente, no hay reflexión, no hay discusión, no hay debate, tampoco hay consulta, es una falsedad”.
Asimismo, llamó a las organizaciones agrarias a romper el diálogo y con ello, evitar validar una reforma que —aseguró— “no tendrá el consenso del medio rural”. Reiteró que si la privatización de la tierra fuera la solución a los problemas del campo nacional, desde hace más de 20 años la mayoría de los campesinos habrían optado por esta alternativa y quienes sí optaron por la conversión “están peor que los mismos ejidatarios”.
Agregó que el atraso del sector rural requiere la organización de las políticas del campo y no sólo de la estructura de la propiedad de la tierra, que permitan llevar al campo a un nivel de eficiencia que contribuya a mejorar los circuitos de mayor productividad y los relacionados con la comercialización, exportación y de valor agregado.
Finalmente, pidió contener el intermediarismo y el coyotaje, en donde se queda 70 por ciento de la utilidad entre el pago al productor y precio de venta al consumidor.
2000 Agro
