Agroindustria

Al rescate de una orquídea

Como si fueran gambusinos en busca de oro, un grupo de investigadores mexicanos de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) han emprendido la tarea de recolectar en cada rincón del territorio nacional orquídeas, sobre todo aquellas catalogadas como en peligro de extinción, para tratar de rescatarlas y evitar su desaparición.

Los expertos de la UACh lograron reproducir en su pequeño laboratorio de tejidos, a través de semillas, la especie Oncidium stramineum, catalogada en peligro de extinción y que es endémica de México. Otras, siguen el mismo proceso.

Para lograr su objetivo impulsan el establecimiento del Orquidario Universitario, el cual pretende conservar, reproducir y en su momento reintroducir las orquídeas a su lugar de origen.
La dimensión de su tarea es titánica si se toma en cuenta que por ahora sólo tienen un rústico invernadero —en apenas 140 metros cuadrados—, donde albergan 120 especies de orquídea, con entre 900 y mil ejemplares, además de un laboratorio de cultivo de tejidos, donde ya han logrado la propagación de varias especies.

Isaías Gil Vázquez, profesor investigador de la UACh, explica el trabajo que han emprendido: “La colecta se viene realizando en diferentes estados del país, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Guerrero y otros estados de donde han llegado algunos ejemplares. Tenemos especies de prácticamente todos los climas de México. La finalidad es recolectar en 10 o 12 años las 1,200 especies que existen en México.”

Georgina Flores Escobar, también profesora investigadora de la UACh, resalta la importancia de las orquídeas: “Los taxómos mencionan que es una de las familias más avanzadas, que se adapta más fácilmente a los cambios climáticos, ya que existen plantas que son terrestres, epifitas (que viven sobre los troncos o ramas de árboles) o sobre las rocas.”

Los investigadores han analizado las causas de la extinción de orquídeas y señalan que la principal es la deforestación, a lo que se suma el saqueo propiciado por lo exótico de la planta y el valor que alcanza en el mercado.

Negocio in vitro

En el invernadero se encuentran intercaladas plantas in vitro y plantas madre. Gil Vázquez destaca que uno de los propósitos es preservar las orquídeas y no sólo reproducirlas con el método vegetativo o cultivo in vitro, que da un mayor volumen de producción, o mediante la polinización manual.

El especialista explica que una cápsula —de tres por 1.5 centímetros— puede producir hasta un millón de semillas. En condiciones naturales éstas se asocian a un hongo, que muchas veces no encuentran, por lo que sólo germinan sólo 10 o 20. En el caso de la producción en invernadero la viabilidad de germinación es de 80 por ciento, es decir, de un millón se pueden obtener 800 mil plantas, que sí germinan in vitro ya que el medio de cultivo sustituye el hongo.

Esta característica es precisamente la que le brinda una gran potencialidad como negocio y abre buenas perspectivas comerciales para el cultivo de orquídea, sobre todo in vitro, ya que a partir de porciones vegetativas de yema, hoja, ápice de tallo o de raíz se puede producir un sinnúmero de plantas. También se puede hacer por medio de semillas, con un potencial inmenso. Por ahora, con nuestra infraestructura, “hemos tenido que descartar miles de plantas porque no tenemos las instalaciones adecuadas para absorberlas todas”, expresa Gil Vázquez.

Los expertos recomiendan a quienes quieren incursionar en el negocio de la orquídea, planear en el mediano y largo plazos, ya que hay especies que florean en un periodo de tres a cuatro años, que son las menos; otras tardan de siete a ocho años, y otro grupo florea entre 12 y 15 años.

El profesor de la UACh asevera que “el promedio es de cinco a ocho años, por lo que para invertir se tendrá que tomar en cuenta esto. Una estrategia es que las personas que quieran empezar a vender y producir a nivel comercial deben partir de plantas floreando o adultas. Otra opción puede ser vender como maceta”.

Georgina Flores resalta que una de las características de México son sus especies endémicas, orquídeas que se ubican en áreas muy reducidas de una región y en condiciones climáticas muy específicas.

En este sentido, una opción rentable, sostenible, una forma de conservarlas también es reproducirlas y obtener un beneficio económico para los habitantes del lugar, expone. “Muchas plantas endémicas tienen un gran potencial ornamental en el ámbito comercial, ya sea por la planta en sí, la hoja, la flor e, incluso, el aroma. Algunas se utilizan para extraer pegamentos; otras son medicinales para cataplasmas y evitar dolores; otras como saborizante, como es el caso de la vainilla.”

La investigadora reflexiona que “no sólo son importantes los cultivos hortícolas, sino también los ornamentales; son fundamentales para la conservación y son económicamente viables, una fuente de recursos económicos para los productores”.

La Convención Internacional de Plantas y Animales en Peligro de Extinción en algún estatus establece que la venta de plantas de orquídeas en forma legal se puede realizar sólo cuando es por medio del cultivo de tejidos, para lo cual se necesita autorización para tener la planta madre y poder reproducirla in vitro. “Esto es una gran ventaja para nuestros productores, porque si tenemos nuestras plantas nativas y queremos comercializarlas, ya no vamos a ir a saquearlas del bosque”, remarca Georgina Flores.

Los especialistas consideran que en el futuro se deben tener de manera principal plantas originadas in vitro, ya que son muy vigorosas y pueden tener una producción a gran escala.

Asistencia técnica

Los investigadores de la UACh no sólo se han enfocado al estudio de la orquídea, sino que brindan asistencia técnica y realizan talleres para quienes desean conocer más sobre el cultivo. Un aspecto importante es la asesoría en manejo de especies y la gestión de permisos ante la Secretaría de Medio Ambiente, dependencia que exige un número determinado de plantas madres y no depredar en la selva como es la costumbre de algunos saqueadores.

Isaías Gil explica que los climas más adecuados para el cultivo de orquídeas son los trópicos húmedo y seco, ya que abaratan la producción y se tiene que invertir menos en infraestructura para invernadero y calefacción.

Entre los cuidados que deben tenerse están: cuidar la entrada de luz, para lo cual hay que escoger plástico o malla sombra acorde con las condiciones de la zona de producción y mantener una adecuada humedad relativa.

En el caso del invernadero de la UACh la cubierta es de plástico y deja pasar 50 por ciento de luz, tiene una capa doble para mantener más estable la temperatura y cuenta con sistema de calefacción. La humedad relativa va de 50 hasta 80 por ciento; tiene un área seca con 50 por ciento de humedad relativa para ayudar al proceso de adaptación de las plantas.

La orquídea no es muy exigente en cuanto al requerimiento de fertilizantes y el agua depende del medio de cultivo. Si están en troncos se riegan diario; en maceta también diario pero en forma ligera o cada tres o cuatro días más abundante. Las plagas más comunes son el piojo harinoso o las escamas, que se controlan con un aceite natural que tapa órganos respiratorios del insecto o también puede ser sistémico.

Orquídeas rentables

Algunas de las especies comerciales que pueden ser más rentables son: Cattleya, Cymbidium, Phalaenopsis o Vandas; en especies nativas el grupo de las Laelias; Oncidium stramineum; otra planta con mucho futuro es Myrmecophila, muy llamativa; Encyclia hanburyi, que es muy durable; hay un híbrido comercial de Rhyncholaelia, flor blanca que se ha adaptado bien y florea todo el año y se vende a 50 pesos cada flor.

Otras con buena perspectiva comercial son Cattleya aurantiaca; las Epidendrum florean todo el año. Coillostylis parkinsoniana (flor de la garza o garcitas) se busca mucho, pero no es posible encontrarla tan frecuentemente; Epidendrum stamfordianum, florea de manera muy vistosa y dura de dos a tres veces más; Euchile citrina (limoncillo); Cattleya guatemalensis (coloración anaranjada a morado) y Oncidium.

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