La agricultura y en especial la sanidad de los cultivos, está sometida a un gran dinamismo en sus diversos ámbitos. Esto ocasiona que ante un problema más o menos complejo deba realizarse una toma de decisiones rápida y basada en muchos factores interrelacionados —de tipo agronómico, tecnológico, ecológico, legal, etc.—. En este complejo panorama la incorporación de las nuevas tecnologías de las comunicaciones a la gestión de información fitosanitaria puede ofrecer buenas soluciones que faciliten las acciones dirigidas hacia la prevención y el control de las plagas.
Este papel de las nuevas tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) como herramientas de gestión y ayuda a la toma de decisiones ha sido ya desarrollado, para el campo andaluz, por organismos públicos como la Red de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF), que la Dirección General de Producción Agraria de la Consejería de Agricultura y Pesca tiene repartida por toda Andalucía. El grupo de Ingeniería de Datos, del Conocimiento y del Software (TIC-181), dirigido por Samuel Túnez, tampoco es nuevo en este campo de trabajo, participando en proyectos como la creación del Servicio de Información Fitosanitaria de Almería (SIFA).
El grupo de investigadores coordinados por Túnez desarrollará en este nuevo proyecto el diseño de un sistema informático que ayude a una rápida toma de decisiones en situaciones de riesgo fitosanitario. Su principal fuente de datos para alimentar este sistema inteligente será precisamente la RAIF. Cuando esté listo dispondrá de una aplicación que emitirá automáticamente mensajes de alerta fitosanitaria a teléfonos móviles y correos electrónicos, con base en los parámetros de interés definidos por los usuarios. De este modo se pretende mejorar la calidad y cantidad de información que los agentes implicados tienen actualmente sobre las amenazas sanitarias hacia sus cultivos.
Se espera que los resultados tengan un importante impacto en la agricultura andaluza, especialmente entre los productores almerienses. Gracias a la rápida respuesta que brindará el sistema, será más fácil detectar y localizar nuevos patógenos (sobre todo bacterias y virus), muy peligrosos en provincias como Almería debido a la alta concentración de cultivos. El aumento de conocimiento de la situación real de plagas y enfermedades redundará en una disminución de las pérdidas de cosechas y de aplicación de productos fitosanitarios. Beneficios económicos para el agricultor, por un lado, y para el medio ambiente por otro.
Mejor prevenir que curar
Para poder definir las variables útiles en la predicción de plagas, los investigadores analizarán los datos necesarios, procedentes entre otros de los muestreos de campo realizados por los técnicos de la RAIF durante los últimos 10 años. Esta información será vinculada tanto a datos climáticos como a las bases de datos que existen en la Consejería de Agricultura sobre plagas, uso de productos fitosanitarios y organismos de control biológico. Tras el análisis de datos, los investigadores almerienses pondrán en marcha los servicios de información y su integración en Internet, para después validarlos y transmitir los resultados obtenidos a los productores agrícolas. Esta herramienta será de gran utilidad, tanto para las administraciones públicas, como para los propios productores.
De este modo, ambos actores dispondrán de un sistema de emisión de alertas y un conocimiento en tiempo real de la situación fitosanitaria de los cultivos, localizando mediante georreferenciación el área afectada. Además, el análisis de los datos históricos disponibles, aplicando técnicas inteligentes, ayudará a establecer la validez de los protocolos utilizados actualmente y su posible mejora.
Cuando el proyecto esté listo, los técnicos del sector privado recibirán la información a través de la web y podrán obtener un mejor conocimiento de la situación fitosanitaria de áreas próximas a sus cultivos, o lo que es lo mismo, poseer una visión de conjunto de su entorno. Una información valiosísima para poder prevenir más y curar menos.
Importancia económica
Nuestra comunidad autónoma dedica al olivar alrededor de un millón 500 mil hectáreas, lo que representa 30 por ciento de la superficie cultivada en la comunidad y 60 por ciento del olivar español. La producción anual media de aceite en Andalucía se aproxima al millón de toneladas, mientras la de aceituna de mesa ronda las 350 mil. El sector oleícola aporta en torno 33 por ciento de la Producción Final Agrícola andaluza. Por su parte, los productos hortícolas de la provincia de Almería, a pesar de ocupar solamente 28 mil hectáreas, alcanzaron en la campaña 2005/2006, un valor que superó los dos mil millones de euros en el mercado, siendo responsable de 25 por ciento de la PFA. Cifras como éstas son las que han llevado a los investigadores a desarrollar su sistema de alerta centrado en estos dos tipos de cultivo, para posteriormente poder extenderlo hacia otros.
Articulista: Andalucía
Fuente: Infocampo
