Desde la entrada en vigor del TLCAN, se ha mantenido hacia el campo una política bastante restringida y a favor de los grandes productores de las empresas transnacionales: Timothy Wise
Isabel Rodríguez
Aguascalientes, México.─ En materia agroalimentaria, el primer desafío de México es alimentar a su propia gente e incrementar la productividad de pequeños y medianos productores incorporando sistemas de riego eficiente y modelos de producción sostenible, señaló Timothy Wise, director del Programa Global de Investigación y Política del Instituto de Desarrollo Global y Ambiente (GDAE, por sus siglas en inglés), de la Universidad de Tufts.
Durante su participación en el 10º Foro Global Agroalimentario —organizado por el Consejo Nacional Agropecuario— el especialista consideró además que uno de los mayores problemas de México en materia alimentaria no está en el abasto de alimentos, sino en la distribución de éstos.
Agregó que, además de la urgencia de actuar contra el acaparamiento de tierras, el gobierno debe orientar sus políticas del campo hacia los pequeños y medianos productores.
En este sentido, señaló que “hace falta voluntad política”, ya que “desde la entrada en vigor del TLCAN, se ha mantenido hacia el campo una política bastante restringida y a favor de los grandes productores, de las empresas transnacionales, y México debe estar a favor de los pequeños y medianos productores, que son la gran mayoría”, apuntó.
Asimismo, consideró que con la incorporación de sistemas de riego a cultivos estratégicos, como el maíz y “sin necesidad de utilizar semillas transgénicas”, la producción nacional anual de maíz podría pasar de 22 mil a 30 mil toneladas en una década y con ello, reducir las importaciones del grano.
De acuerdo con el especialista, “no vale la pena correr el riesgo de contaminación de los maíces nativos” al utilizar semillas transgénicas, ya que hay casos exitosos, como el de los productores de maíz en Sinaloa, donde se han incrementado los rendimientos por hectárea mediante tecnificación y buenas prácticas agrícolas.
Sí es necesario —dijo— el desarrollo de nuevas tecnologías y explorar las soluciones que ofrece la biotecnología, pero también saber que, con base en estudios e investigaciones científicas, se ha demostrado que los transgénicos no contribuyen directamente a incrementar la productividad de los cultivos. “Los transgénicos son un riesgo no necesario para México”, enfatizó.
2000 Agro
