Agroindustria

Denuncian plagio a investigaciones sobre antigüedad en uso del tequila

denuncian-plagioCientíficos mexicanos denuncian el plagio de investigaciones que buscan colocar al tequila y al mezcal como bebidas prehispánicas, con al menos 3 mil 500 años de antigüedad en su consumo, y no como productos creados en la época virreinal, donde están situados hasta ahora.

Los biólogos Patricia Colunga y Daniel Zizumbo, investigadores visitantes de El Colegio de la Frontera Sur, y el arqueólogo Fernando González, académico del Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH, aseguraron al periódico Reforma que los antiguos americanos fabricaron destiladores de barro para obtener bebidas espirituosas.

Para probar su hipótesis, que reformularía la historia de los licores mexicanos y los haría contemporáneos de los chinos, solicitaron la colaboración del arqueólogo molecular Patrick McGovern, de la Universidad de Pennsylvania (UPenn), cuya ética ponen ahora en duda:

En un documento enviado al INAH el 28 de septiembre de 2015, Colunga, Zizumbo y González acusan de plagio, violación de códigos de ética y conflicto de intereses por parte de McGovern, quien usó la información proporcionada para que la cervecería estadounidense Dogfish Head Craft Brewed Ales produjera una bebida artesanal, como se observa en un video promocional disponible en YouTube y enviado como evidencia al Instituto.

McGovern y Sam Calagione, fundador de la empresa, presumen la preparación, frente a la cámara, de su «más nueva vieja bebida, o una de las bebidas más antiguas en la historia de la civilización, una cerveza que también es licor, con pulque como base. Durante el proceso, Calagione refiere descubrimientos que ubican en México los orígenes de los destilados.

«Nosotros proporcionamos información porque era útil para la investigación, y de repente vemos que McGovern la está usando con fines comerciales, para hacer cervezas que rescaten lo ancestral”, lamenta Colunga.

Los biólogos invitaron a McGovern para que buscara rastros químicos de agave en fragmentos de vasijas capacha, provenientes de ofrendas halladas en entierros del sitio arqueológico El Diezmo-Adonaí, en Colima. Éstas pudieron usarse para fermentar agave y, al vaporizarse y condensarse, producir alcohol concentrado.

«Lo que más nos afecta es el despojo de la propiedad intelectual de la investigación. Lo que más nos lastima como investigadores es que hayan difundido resultados sin dar créditos al equipo mexicano, señala González.

David Suro, titular de Tequila Interchange Project, organización que apoyó la exportación temporal de las vasijas para su análisis químico en la UPenn, criticó al INAH por su «actitud pasiva: «Me acerqué al INAH desde que estaba Teresa Franco en la dirección y la respuesta fue que iban a proceder e iban a investigar y no se hizo nada.

«Esperaríamos que el INAH emitiera un extrañamiento a Patrick McGovern por el uso comercial de la información y lo obligara a que nos proporcionara los datos, la información en crudo: no nos sirve que nos digan si hay evidencia química o no (de agave)”, concluyó.

Redacción 2000Agro

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